El chorero clave en el submarino O'Higgins
El suboficial Rodrigo Silva proviene de una familia que siempre estuvo cercana a la Armada. Recibió instrucción en la Quiriquina, en el Buque Escuela Esmeralda y conoce su nave desde que la estaban construyendo. Son 146 los niños extranjeros que están matriculados en diferentes colegios municipalizados.
Alfonso Levet G. - Andrea Neguiman Pozo
Luces blancas marcan el comienzo de un nuevo día de navegación al interior del submarino O'Higgins.
Junto con ello, por los medios de difusión se comenta la ubicación, el santoral y algún cumpleaños, pero lejos lo más esperado es el segmento donde se sacan a relucir las anécdotas del día anterior.
"El que sale ahí, sonó" relata con humor el suboficial Rodrigo Silva Escobar. Con 29 años de servicio en la Armada, el marino desempeña actualmente la labor de Condestable, un nexo entre la oficialidad y los hombres de mar. "Es un puesto muy importante a bordo y requiere de una calificación especial: hay que administrar personal, coordinar eventos, guardias, suplir deficiencias y estar atento a los problemas personales", explica el suboficial.
Con viajes de instrucción que pueden durar entre 4 y 6 meses fuera del puerto base y permaneciendo la mayor parte del tiempo dentro del submarino, es muy importante mantener la camaradería entre la tripulación.
Marino desde joven
El suboficial Silva maneja todos los códigos, dichos y costumbres de los marinos porque entró a la Armada a los 15 años de edad cuando "todavía no me había ni afeitado".
La mayoría de sus parientes, desde su bisabuelo hacia abajo fueron o son militares y, aunque la mayoría de ellos son parte del Ejército, existe otro número importante que son marinos.
Chorero de nacimiento, Silva hizo su etapa de instrucción básica en la isla Quiriquina y después se embarcó para su viaje de instrucción en el Buque Escuela Esmeralda.
"Tuve la suerte de recorrer gran parte del Océano Pacífico. Todavía tengo la bitácora en la que iba registrando las principales historias, sucesos y chascarros de mi viaje. A veces la leo, porque son buenos recuerdos", relata.
"Después de estudiar mi etapa de formación básica me decidí cursar la especialidad de submarino y estudié electrónica en sonar, porque siempre me llamó la atención".
Gran cantidad de sus compañeros en La Esmeralda trabajan en la Base Naval de Talcahuano, así que el vínculo se mantiene firme en el tiempo.
Aunque las labores que ahora cumple son más bien administrativas, cuando trabajaba en los sensores de detección acústica, lo primero que hacía en las mañanas era revisar las condiciones del tiempo, la salinidad del mar y otras variables que afectan la precisión de los instrumentos, "un día podremos escuchar un buque a un kilómetro y otro día, a 15".
Cabe señalar que el próximo martes 4 de julio, la Especialidad de Submarinos de la Armada celebrará su 100° aniversario, oportunidad para la cual están programadas varias actividades.
Enfocados en navegar
Una vez navegando, los marinos deben haber resuelto sus problemas en tierra para poder concentrarse en el funcionamiento del submarino. "Cuando estamos sumergidos tenemos que preocuparnos que el "fierro", que es el submarino, navegue", dice.
Las horas de distracción y descanso en tierra son fáciles de administrar. Paseos por las ciudades puerto permiten a los marinos conocer otras culturas y realidades.
Bajo el mar, las escapadas son un poco más rutinarias. "Los más jóvenes son fanáticos de los videojuegos, así que juegan del mayor al menor. El Fifa la lleva en el submarino", relata Silva, y confiesa que "me divierto viendo cómo juegan ellos. A alguno lo golean y después le hacen bullying, pero en buena".
Los cumpleaños también se disfrutan de manera especial a bordo. Si están en la costa se compra una torta y si no, el cocinero del O'Higgins también es pastelero, así que le encargan un pastel de acuerdo a las posibilidades de la estrecha despensa y cocina de la nave.
El cocinero tiene además la misión de darle en el gusto a la tripulación. "El sábado lo dejamos descansar y alguno de nosotros cocina. El problema es que todos se quieren lucir y gastan muchos ingredientes, algo que hay que cuidar abajo".
La alegría de todo marinero es llegar a casa con los suyos a descansar. Pero duran poco, porque rápidamente sienten la necesidad de volver al mar.
El O'Higgins
El submarino General O'Higgins es un modelo Scorpène de construcción franco-española que fue botado al mar en 2003 y entró en servicio en 2005, cuando la Presidenta Michelle Bachelet, que además es su madrina, era ministra de Defensa. La nave tiene 66,4 metros de largo y 6, 2 metros en su parte más ancha. La tripulación de funcionamiento es de 31 personas, pero generalmente viaja con alrededor de 50, debido a los sistemas de turnos.
Inmigrantes dan nueva vida a las aulas de Conce
C ada vez son más los inmigrantes que eligen vivir en Conce, ya sea para mejorar su situación económica o simplemente por motivos de estabilidad político-social. Hoy, según datos del Departamento de Extranjería y Migración, residen cerca de 7 mil extranjeros en la provincia de Concepción, cifra que además se le debe sumar una población flotante (turistas, tripulantes, entre otros) de mil personas aproximadamente.
En términos generales, son cientos de familias que arriban a suelo penquista para empezar de cero, y en este panorama, sin duda, la educación de sus hijos es un tema no menor. Elegir un buen colegio en un país donde no se conoce a nadie es un tremendo desafío, así por lo menos lo experimentó la peruana Rosseline Mendoza.
"Llegué a Concepción en noviembre de 2014 con mi hijo Jhordan. Durante los primeros meses me dedique exclusivamente a trabajar y recién en enero me propuse encontrar un colegio para mi pequeño, cosa que fue muy difícil, ya que muchas personas me dieron recomendaciones de varios establecimientos, entonces, no sabía cuál elegir", relata.
Tras varios días de averiguaciones se decidió finalmente por un colegio que cuenta con una vasta historia de inclusión. "Me dijeron que en el Juan Gregorio Las Heras habían varios niños de otros países. Eso me gustó. Además, me quedaba muy cerca de donde vivía anteriormente", comenta.
- ¿Cómo los recibieron?
"Muy bien. Me abrieron un cupo de inmediato. Mi hijo entró a kínder y cuando pasó a Primero, ya sabía leer. Pese a que en Perú le pasaban más materias, aquí ha aprendido más y eso me enorgullece. Los profesores son un siete y no ha tenido problemas de discriminación por ser peruano".
Educación
De los 400 mil estudiantes que existen hoy en día en la Región del Bío Bío, 808 son extranjeros, según datos de la seremi de Educación.
En específico, los liceos y colegios municipalizados de Concepción otorgan actualmente 146 matrículas a niños y jóvenes inmigrantes, la mayoría de ellos son venezolanos, colombianos, peruanos y bolivianos. Sin embargo, existe un buen número de haitianos, ecuatorianos y argentinos. "Tenemos asimismo alumnos provenientes de Estados Unidos, Cuba, Honduras, Puerto Rico, Italia y Rusia, entre otros", explica Rodolfo Saravia, jefe de área Educación de Daem de Concepción.
En este punto, Saravia indica que es el Colegio Juan Gregorio Las Heras, el establecimiento que cuenta con el mayor número de estudiantes extranjeros. "Hoy en día tienen 24 alumnos. Algunos ingresaron a la Media, otros a Básica, e incluso, hay un pequeño en pre escolar. Muchos de esos apoderados fueron directo al recinto a matricularse, aunque igual hubo algunos que acudieron a nosotros pidiendo cupo", sostiene.
- ¿Cómo enfrentan los profesores este proceso?
"Todos los establecimientos cuentan con sus propios recursos para que los niños se adapten de la mejor forma en el sistema educativo de Chile. Hoy por hoy nosotros como Daem hemos recibido una oferta de una entidad de educación superior para asesorar técnicamente a los docentes que atienden a esos alumnos inmigrantes".
El Juan gregorio
Hace más de cinco años que el Colegio Juan Gregorio Las Heras comenzó a tener estudiantes extranjeros en sus aulas. Su directora, Lorena Moraga, comenta que el proceso fue llevadero desde un principio y que no han existido problemas de relaciones con los demás alumnos, menos con los funcionarios.
"La verdad es que los niños son integradores y el problema de la inclusión es más de los grandes que de los pequeños. En cuanto al trabajo con los alumnos inmigrantes tampoco han existido dificultades, además los profesores los nivelan cuando éstos vienen con una base menor a la exigida", puntualiza.
Colegio bio bio
Con 22 alumnos extranjeros, el Colegio Bío Bío se ubica en el puesto número dos de la lista de establecimientos municipalizados con mayor matrícula de niños inmigrantes. "Hace sólo un par de días hemos recibido a una nueva estudiante oriunda de Colombia. En general, a todos los pequeños les hemos dado contención porque vienen con una problemática bastante grande en la parte social y emocional. Lo han tenido que dejar todo, según cuentan los papás, para buscar un mejor pasar", relata su directora, María Isabel Matamala.
-¿Historias difíciles?
"Sí. Hay mamitas jóvenes que aquí han llorado por haber dejado todo de lado. Ven en Chile una salvación y una oportunidad de escape a todo lo que sufrieron en sus países de origen. Algunas comentan que allá no han tenido qué comer en alguna oportunidad y saber que sus hijos tendrán educación gratuita y que además, de lunes a viernes se les dará un buen desayuno y un buen almuerzo es maravilloso para ellas".
"Cuando salió de kínder mi hijo ya sabía leer
Rosseline Mendoza,, peruana"
"Los niños son integradores, el problema es otro
Lorena Moraga,, directora"
"
"