Las historias de la foto y el día que marcaron a nuestra región
Asociación Nacional de la Prensa distinguió la foto de reportero gráfico de La Estrella como la mejor del año. Vecinos relatan cómo fue esa jornada.
El pasado 25 de enero de 2017, y luego de varios días causando estragos en la Región del Maule y en lo que hoy es la nueva Región de Ñuble, las llamas de los incendios forestales finalmente alcanzaron a la provincia de Concepción. De acuerdo a las estimaciones que la Intendencia realizó durante esa jornada, unas cuatro mil hectáreas (equivalentes a unas ocho mil canchas de fútbol) fueron arrasadas por el fuego sólo dentro de los límites de la comuna de Florida.
La población Altos de Tapihue, ubicada a un kilómetro y medio de la plaza de armas de la comuna, fue una de las primeras localidades amenazadas por las enormes lenguas de fuego que emanaban de las plantaciones de pino y eucaliptus. Pasado el mediodía, y cuando el siniestro estaba a menos de 300 metros de las casas, las autoridades gubernamentales y los equipos de emergencia ordenaron la evacuación preventiva de las 208 casas que conforman dicho asentamiento.
Durante la tarde de ese miércoles, el reportero gráfico de La Estrella, Rodrigo Acuña, acudió hasta Tapihue y una de las decenas de imágenes que capturó en esa jornada fue distinguida como la Mejor Fotografía de Prensa Regional por la Asociación Nacional de la Prensa (ANP).
"Llegamos cerca del mediodía y habían ordenado evacuar. Había incertidumbre, porque el fuego venía avanzando por atrás y el viento que estaba muy fuerte podía cambiar en cualquier momento, lo que finalmente ocurrió", señaló Acuña.
"El aire ya estaba muy tóxico, tenía los ojos irritados", detalla. "Estaba registrando la operación de un helicóptero cuando alguien fue a rescatar a unos perritos. Los seguí y me quedé en el lugar. Entonces vi a una persona que caminaba con una motosierra al hombro hacia el cerro. Esperé a que llegara a un claro y disparé. Nunca supe quién era", agregó el profesional.
"se veía lejano"
A ocho meses de la tragedia, los vecinos de Tapihue no se sienten cómodos al recordar los hechos que marcaron el verano. Algunos de los protagonistas sostienen que fue un día que marcó para siempre a esta localidad floridana.
"Esto de los incendios empezó unos días antes, pero varios kilómetros más allá", comenta Jacqueline Machuca, que vive junto a su familia hace unos diez años en el sector. "Con mi marido subimos a los cerros para mirar lo que estaba pasando y nos dimos cuenta de que estaba muy lejos. Jamás nos imaginamos que el fuego iba a llegar por acá. Es que se veía muy, muy lejano", sostiene.
"Los vecinos andaban diciendo que se iba a quemar la población entera, pero yo les decía que no, porque teníamos mucho apoyo. Había que calmarlos de alguna manera", indica la presidenta de la junta de vecinos Villa Alegre Tapihue, Silvia Erices, quien añade que fueron muchas las personas las que ayudaron a evitar que el fuego consumiera las viviendas.
"De todos lados nos vinieron a ayudar para salvar a la población. Algunas vecinas se habían puesto a llorar pensando que se les iban a quemar sus casas, pero entre bomberos y los propios vecinos ayudaron a evitar que eso pasara", detalla la dirigente.
Una de las primeras personas en ser evacuadas de Altos de Tapihue fue José Coloma, quien vive en las faldas del cerro. "Mi señora ya había bajado y yo estaba solo salvando a mis animales. No quería evacuar, así que tuvieron que sacarme a la fuerza, pero igual volví caminando por el cerro para salvar mis cosas", recuerda.
Los esfuerzos
El sitio de Coloma cuenta con un pozo de unos quince metros de profundidad, desde donde los voluntarios bomberiles pudieron extraer varios litros de agua para dar la batalla al fuego que avanzaba a razón de un kilómetro por cada hora, aproximadamente. "El fuego rodeó todo por acá. Me cortó los palos que sostienen nuestro estanque de agua. Todavía no he podido arreglarlo bien", detalla el hombre, mientras recorre el lugar.
En el barrio, Jaqueline Machuca recibía la orden de evacuar junto a su familia. "Nos dijeron que saliéramos altiro, que había que evacuar ahora. Yo no quise y me quedé escondida un rato ayudando a los demás, hasta que las autoridades me obligaron a salir", acota.
Varios vecinos tuvieron que refugiarse a un costado de la carretera que va a Concepción por algunas horas, mientras los bomberos y los brigadistas forestales protegían las viviendas. Pasado el momento más tenso, los residentes pudieron retornar a sus hogares. "Cuando volvimos nos dimos cuenta de que había bajado el fuego, pero aún quedaban algunos focos", cuenta Jaqueline.
Sobre este punto, la presidenta de la junta de vecinos, Silvia Erices, recuerda que "llamaba gente preguntando si se había quemado Tapihue y yo les decía que no, eso los tranquilizaba un poco. Menos mal que el fuego llegó de día, porque si llega de noche quizás otra historia hubiese ocurrido".
"Después de que pasó el incendio tuvimos bastante ayuda, de mucha gente desinteresada y de gran corazón, sobre todo anímica y emocional. Vinieron a entretener a los niños, a jugar, a hacer caritas pintadas. Vinieron hartos voluntarios", relata la dirigenta.
Temen que se repita
Consultados acerca del temor que les genera la posibilidad de que un incendio tan catastrófico como el del pasado verano vuelva a golpear a la zona, Erices responde con resignación: "Ya se quemó todo lo que se tenía que quemar. Ahora sólo hay que cuidar el pasto que va a volver a crecer y tratar de mantener todo limpio y despejado".
Jacqueline Machuca también es optimista. "Creo que no va a pasar nada en varios años, porque quedó todo destruido. El temor podría ser que los arbolitos broten y puedan volver a prenderse, pero no creo que eso ocurra", reflexiona, mientras su hijo juega con una pelota alrededor.
José Coloma, quien ha visto varios incendios forestales en la zona, reflexiona: "Hay un bosque de pino nuevo allá arriba que nadie mandó abajo. Ahora entre medio está lleno de pasto, es puro combustible. Si nadie trata de limpiar va a pasar lo mismo otra vez".
"Los vecinos andaban diciendo que se iba a quemar la población entera"
Silvia Erices, dirigente"
"El fuego rodeó todo por acá. Me cortó los palos que sostienen nuestro estanque"
José Coloma, vecino"
La voz de los vecinos
Jaqueline Machuca, dueña de casa
"El fuego ya había pasado por acá cuando no sé cómo voló para este lado, donde ya se había quemado y después explotó acá, al lado de las casas, por atrás de la población. Nosotros pensamos que nos íbamos a quedar sin nada. Antes de eso nos dijeron que si el fuego aparecía por acá, iba a venir un helicóptero, pero al final no vino nunca o quizás trabajó atrás del cerro y no lo vimos. Fue terrible".
Silvia Erices, almacenera
"Llegaron camiones y los voluntarios pasaban corriendo para arriba. No había electricidad y por lo tanto no teníamos mucha agua, pero la gente les traía. Si necesitaban cualquier otra ayuda nosotros se la dábamos. Después vinieron a desalojar las casas, pero yo no quise porque mis nietos ya se habían ido a la población San Lorenzo y después a Concepción. Yo quería cuidar mi casa".
José Coloma, agricultor
"Atrás de mi sitio había una casita ahí cerca, pero la vecina se había ido a Santiago. Me había dicho que si se quemaba la casa se quemaba no más. El fuego pasó y a la casa no le pasó nada. Ella me llamó y yo le dije 'salió favorecida su casita y se salvó', pero después el fuego volvió no sé por dónde y la casita se quemó entera, no pudimos hacer nada para evitarlo. Fue muy rápido todo".
34 grados Celsius era la temperatura el 25 de enero, cuando llegó el fuego a Tapihue.