Sepa cómo puede enfrentar la dura repitencia de curso
Mantener una comunición con los profesores es básico. Los padres deben saber las causas de las dificultades que experimenta su hijo para ayudar.
Si bien aún quedan algunas semanas para finalizar el año escolar, algunos niños tendrán que repetir de curso. ¿Cómo los padres deben afrontar esta situación?, ¿Qué tan correcto es asumirlo como un merecido castigo?, ¿Cómo educamos para que el niño no se quede en la tristeza y frustración?
Según Sandra Urra Aguilar, académica de Pedagogía en Educación Diferencial de la UST Concepción es importante que los padres apoyen a los niños en este proceso. "Con simples acciones, los padres pueden hacer que ésta etapa sea menos compleja, pues hay de por medio una sensación de presencia y acompañamiento ante las dificultades".
La docente agrega que es aconsejable contar con una evaluación psicopedagógica de un educador diferencial o psicopedagogo que oriente a los padres acerca de los puntos fuertes y aquellos que necesitan apoyo o refuerzo en la casa, "de esta manera colaboramos con el colegio y estamos informados acerca de las competencias de nuestro hijo y cómo ayudarle, pues más importante que una etiqueta diagnóstica, es conocer lo que el niño puede hacer con y sin ayuda", explica.
Otra forma de ayudar acercarse al colegio y pedir entrevista con el profesor jefe y/o profesionales de apoyo, así se trazan objetivos conjunto para abordarlos desde el primer día de clases y ambos (padres y profesores) asumen se comprometen a estar presente en este desafío académico.
"La situación de repitencia no sólo debe involucrar cambios por parte de los alumnos y sus padres, muchas veces es necesario que en autoreflexión docente, en equipo de aula y como comunidad reflexionemos acerca de qué hicimos por lograr aprendizajes en nuestros alumnos y qué necesitamos mejorar este nuevo año para lograr aprendizajes de calidad y profundos", puntualiza la experta.
Si la dificultad está en el cumplimiento de los deberes en la casa, solicitar apoyo a algún adulto responsable para monitorear la realización de las tareas. Si nadie puede hacerlo y se cuenta con los recursos, hay estudiantes de pedagogía que trabajan durante el año apoyando a los niños en sus casas.
Realizar un calendario de tareas para tener a la vista en casa, de esta manera no nos encontramos con sorpresas de último minuto y el stress asociado a ello. Para esto, revisar día a día la libreta de comunicaciones y cuadernos de los más pequeños, y traspasar a este calendario las tareas y trabajos. A medida que crecen, los niños deben asumir esta responsabilidad.
Por último y no menos importante, es necesario conversar en familia con nuestro hijo, asumir compromisos personales y familiares, monitorear constantemente su desempeño, intereses y rendimiento; la comunicación y confianza es la mejor de las claves para evitar las mentiras asociadas a notas y anotaciones negativas. No hagamos que el niño piense que por repetir ha fracasado, asumamos responsabilidades compartidas y veamos la repitencia como una segunda oportunidad de logro, porque ya aprendimos como no hacer las cosas y tenemos este nuevo año para lograr lo que tanto costó el 2012. J