Es el fin: ellas preferirían el relajo o comer algo rico a realizar el mítico acto sexual.
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Las noticias no son auspiciosas: lo que viene es la debacle. Lo consigna el estudio de una revista española llamada Glamour, el cual revela que un 76% de las mujeres encuestadas prefieren el cuidado personal al sexo salvaje.
Prefieren, en resumidas cuentas, el relajo individual a la actividad mágica del erotismo. En Chile no es diferente. Una señorita de 23 años, Valentina Espejo, estudiante de periodismo en la Universidad de Chile, alcanzó el punto más alto de frialdad. Señaló, sin culpas, que prefiere comer sushi a tener sexo. Lo explicó: "Los hombres están disponibles a toda hora, en cambio los delivery son con horarios. Prefiero comer sushi primero, para estar con mucha energía para lo que viene después, que puede ser sexo u otra cosa".
Esta no es la actitud, reclamaron decenas de hombres encuestados, tipos maravillosos, en plena edad reproductiva. "¿Quién puede querer más un Ebiiroll lleno de arroz mojado a un orgasmo?", se preguntó Leonardo. "Comer engorda, transpirar en la cama permite adelgazar. Al menos en eso deberían pensar las mujeres", propuso Mauro.
También, alimentando la asexualidad, un estudio de la compañía mediática iVillage reveló las ocho actividades que las mujeres prefieren al sexo.
El primer lugar es tomar una taza de té o café. El segundo lugar es tiempo para el cuidado personal. El tercer lo obtiene salir a caminar. El cuarto, usar el smartphone. Luego viene leer. Ver televisión. Dormir. Comer chocolate.
"No todas pensamos así", disparó Carolina. ¿De qué habla? "Hay alguna mujeres que todavía preferimos el sexo al chocolate o a tomar una taza de té". Respiramos. Quizás todavía queda un poco de cordura erótica en este mundo. "No siempre hay que creer todo lo que dicen los estudios. Los estudios parece que los hacen las frígidas", finalizó la mujer. J
l La mayoría de los motivos para que una mujer adulta, en dominio de sí misma, se niegue a tener actividad sexual, se relacionan con la salud o con el desarrollo del ámbito laboral. Aunque, también, hay una fuerte tendencia a que la comida derrote a la cama. Es el caso del chocolate.