¿Quiénes son los salvajes?
Estoy desalentada y pesimista. Es que saben, pareciera que cuanto más avanza el mundo en torno al respeto y promoción de los derechos de los animales, nuestro país retrocede.
La semana recién pasada ocurrió algo surrealista. La Contraloría General de la República tomó razón del Decreto Supremo Nº 65 que modifica el Reglamento de la Ley de Caza vigente en Chile, mediante el cual incorpora nuevas especies dañinas susceptibles de ser cazadas. Y créanlo o no, incorporó a los perros. Sí, a los perros "salvajes o bravíos" como los llaman. Y las razones esgrimidas son que estos perros, por su estado hambriento y salvaje, atacan al ganado de agricultores, provocándoles grandes pérdidas económicas a los empresarios. Y claro, un perro que está abandonado en una zona en la que apenas puede alimentarse, seguramente buscará una forma de hacerlo. Pero de ahí a afirmar que los perros son los responsables de pérdidas de 56.000 ovejas al año, llega a dar risa. Pienso que si esa es la rigurosidad de los estudiosos que asesoran a las autoridades de nuestro país, sálvese quien pueda.
Imagínense la barbaridad que es decir que un perro por haber perdido el contacto con los seres humanos y estar en una zona rural, se transforma en salvaje y por lo tanto está permitido cazarlo.
Y nos horrorizamos con las fotos de Lucero o con China porque comen perros. Qué hipocresía ¿no creen? Cuántas historias sabemos sobre perros que han parecido verdaderos lobos y hoy son los regalones de la casa, sólo gracias al amor y dedicación de un ser humano que vio en sus ojos la bondad y lealtad que un perro puede mostrar.
¿Y alguien se preguntó por qué esos perros llegaron ahí? Porque ciertamente no nacieron de las piedras. O ¿cuántos habrán sido abandonados por alguien de la ciudad?
Ciertamente el estudio que avala la locura no aborda las causas. Y en vez de aplicar la racionalidad planteando soluciones éticas y de largo plazo, incentivan que las personas olviden su humanidad.
En vez de subsidiar cierres perimetrales o incorporar sistemas de olores, ruidos o estímulos negativos para ahuyentar a estos "salvajes". En vez de educar y promover la tenencia responsable, aparecen con esto, contradiciendo toda la información que hoy tenemos a la mano.
Sólo nos queda esperar un último momento de cordura para que en el futuro sólo quede el mal recuerdo de que algún día nuestro país, pensó en permitir que se cazara al mejor amigo del hombre.
Cuando se quiere prohibir que un perro muerda objetos como zapatillas o las patas del sofá, es necesario reprender a la mascota con un "no" bien fuerte. Al principio, ésta no reconoce las palabras, pero sí su intensidad e intención. Esto debe ir acompañado de una suspensión de atenciones y cariños, que hagan entender al perro que su conducta es reprobada. Es importante que la sanción sea inmediata o en pleno acto, para que el animal asocie el reto a la acción cometida. Pero, en compensación, se debe entregar a la mascota un juguete que sí pueda morder.
¿Quieres ver a tu mascota en La Estrella? Mándanos su foto y una pequeña reseña al correo nuestrasestrellas@estrellaconce.cl