La peluquería "El Dominicano" tiene estilosos diseños para los más atrevidos con su cabellera
Hace cuatro años que Fraulin vive en Concepción, y trajo consigo la moda de los tatuajes en el pelo.
l Cecilia Bastías Jerez
En un verdadero club social de extranjeros en Concepción se ha transformado una sencilla peluquería-barbería en medio del centro penquista. En calle Lincoyán al llegar a O'Higgins figura un cartel que da cuenta de un local llamado "El Dominicano", dónde se hacen cortes a varón y con diseño.
Su dueño de sólo 25 años, es Fraulin Sánchez, oriundo de República Dominicana, el que ya es todo un emprendedor en Chile, después de haber llegado a estas tierras hace 4 años. Dice que trabajó en muchas cosas distintas, desde la construcción, hasta de "junior" en una empresa. Pero el trabajo que más lo llena es el que él mismo ha decidido echar adelante con toda su determinación.
Este joven llegó al país en una visita de tipo familiar, según relata. "Llegué a Santiago, pero me vine al tiro a ver a mi mamá en Concepción. Ella tiene como 7 años viviendo en Chile, ya es residente", para luego agregar que su progenitora llegó al país a probar nuevas oportunidades, ya que allá tenían buena situación, pero la impulsó el deseo de conocer otro lugar dónde vivir.
En principio "esto era sólo una visita y luego volvería a República Dominicana", comenta Fraulin. "Pasó que me gustó y me quedé porque el país es tranquilo", afirma y agrega que "allá (en su país) estaba estudiando Ingeniería Industrial, y ahora tengo la intención de seguir estudiándolo aquí. Estoy pidiendo los documento míos allá en el colegio", explicó.
El dominicano está desde sus 20 años en Chile, asegura que llegó un mes antes del terremoto, lo que fue una especial bienvenida, pero aún así comenta que le gustó mucho este terruño. "Me gusta este país porque aquí se cumplen las leyes, y mi país está bien, pero hay mucha corrupción, los fiscales cogen plata, entonces se vuelve un desorden", comenta.
Esta peluquería abre a las 11 de la mañana y cierra a las 20 de la noche, de lunes a sábado, y el sábado incluso hasta más tarde afirma Sánchez, un buen dato ya que pocas tienen ese horario tan extendido. Le corta varones, a niño también. En este lugar el ambiente es agradable y se respira amistad. "Aquí somos todos paisanos", dice uno de los clientes y cercanos a Fraulin. "A veces nos vamos hasta de rumba, una ambiente bueno, porque viene la gente a conversar a echar la talla", afirma este joven en un perfecto chilensis con acento dominicano.
"Se ha transformado en un punto de encuentro. Aquí llegan muchos, se encuentran y me vienen a visitar, hablamos y se arma una rumba de repente", afirma y ríe.
"Igual tengo amiguitos chilenos desde que llegué aquí que los conozco, pero también comparto con mucho dominicanos", comenta.
De noche se van al Salsa y Membé. "Vamos siempre ahí, es donde se meten toditos ahí nos encuentran a toditos", pero no todo es rumba como dice Fraulin, también se reúnen en el Parque Ecuador por les gusta mucho hacer ejercicio.
Hace como un año y medio que Fraulin está cortando el pelo en Chile. Comenzó haciéndolo a domicilio y cuando vio que tenía una clientela más o menos importante, se lanzó con la idea de tener un espacio propio para atender a sus amigos y nuevos clientes. "Un amigo mío que se llama Kike, me vio caminando a mí y mi padrastro, íbamos afeitaditos y recortaditos del pelo. Me preguntó si yo cortaba el pelo y me pidió que le recortara a él y así se corrió la voz. De esa forma partí", relata.
Hace 6 meses que este joven se decidió a arrendar un espacio en un local de oficinas ubicado en calle Lincoyán. Donde hace corte de varón y con diseño al que quiera y se atreva a tener una verdadera obra de arte en su cabeza. "Monté la peluquería y ahora la gente me busca mucho para hacer estos diseños", detalla Sánchez y añade que esto de hacer creaciones en el pelo corto de los hombres, le nació como una innovación entre amigos y le resultó fácil. "No le veo lo difícil para nada, tengo habilidad porque llevo mucho tiempo haciendo eso", asegura. ¿Mucho tiempo haciendo esto? Casi 10 años, en efectivo, pues Fraulin, comenzó a cortar el pelo desde que tenía 16 años en República Dominicana. Siempre de la mano con los estudios, pero admite que siempre le ha intersado cortar el pelo. "Hay gente que cree que es medio complicado, pero mientras más practicas te vas haciendo mejor", dice.
Comenta que hace todo lo que le pidan, telas de araña, estrellas y todos son diseños personalizados.
No es coincidencia o espontáneo, este gusto de Fraulin por la peluquería, es más bien algo esperado, pues desde que él tiene uso de razón, su madre tenía una peluquería en República Dominicana, y ahora que Fiordaliza Núñez, como se llama, está acá también se instaló en una peluquería en la galería comercial Caracol. Por eso cuando a este veinteañero le preguntan porqué el amor por la peluquería, a la vez quería estudiar Ingeniería Civil Industrial, el contesta: "Mi mamá siempre se ha dedicado a la peluquería, desde que yo tengo uso de razón siempre ha tenido peluquería".
Y a su vez, Fierodeliza, como relata su propio hijo, lo aprendió de su madre. "Porque la abuela mía tenía una peluquería, es cómo una tradición que viene de generación en generación", señala.
"Mi mamá estudiaba y se metió mucho al tema de la peluquería, viajó a España, Italia por los cursos que hacía. Por ella, me interesé más en la peluquería, como que lo llevo en la sangre", sonríe.
Por eso siendo un adolescente, Sánchez obtuvo su primer diploma de un curso de peluquería. "Allá (República Dominicana) les dicen barberías. Siempre iba donde un amigo que tenía una en el barrio, yo lo miraba, y él me empezó a meter en este cuento", asegura.
A este local, llegan muchos extranjeros. "Colombianos, dominicanos, cubanos, africanos. Viene de todo, norteamericanos, hasta españoles me han llegado", dice.
Si bien le agrada estar acá, comenta que fue muy pesado al comienzo porque por primera vez en su vida estuvo trabajando en la construcción. "Yo nunca me había visto tirando la pala, y lo hice aquí en Chile, pero son experiencias que da la vida", concluye y añade "En general me han tratado bien las personas, uno que otro que es racista, pero a esos yo no les doy importancia".
La estadía de El Dominicano en chilito da para largo, pues ya tiene planes de hacer crecer su negocio y también ha encontrado el amor por estas tierras. "Pretendo agrandar más la peluquería y seguir estudiando".
En este tiempo, Fraulin ha tenido oportunidad incluso de enamorase de una muchacha chilena. "Tengo una polola que está estudiando, se llama Katy y tiene 25 años igual que yo, es chilena y la conocí por un amiguito mío", comenta y detalla "él conocía a una prima de ella y me invitó a salir, entonces la llevó y ahí nos conocimos y empezamos a salir".
Un año llevan en este amor que trasciende fronteras. J