Chile entrenó lleno de fe en Toca Da Raposa II antes de partir a Río
l Ahí, en las afueras del búnker, mientras Vidal analizaba el comportamiento de su rodilla, aparecieron los chilenos. Un extracto de la Marea Roja. Unos venían de Punta Arenas, en una combi cuyo interior venía con perfume a hombre ('Nos echamos seis palos cada uno', dijo el conductor). Otros venían de Rancagua ('Vine en auto y soy amigo íntimo del Cóndor Rojas', Ismael Pereda).
Decenas de periodistas se pasearon histéricos comentando la novedad: Vidal se aburrió de hablar de medicina, el Rey quiere volver a ser un futbolista. El Rey quiere que le abran paso, ya garantizó que va a poner la pierna. Eugenio Salinas anticipó un titular: 'La Roja venció a la Roja'. Cristián Arcos, de Chilevisión, sea cual sea el resultado, ruega porque mañana no abunden las metáforas: 'Ojalá mañana no seamos campeones del mundo en algo, campeones del mundo en solidaridad, campeones del mundo en esfuerzo, campeones del mundo en patriotismo. Ojalá mañana seamos los mismos de siempre'. Y, por supuesto, por ahí, monitoreando la algarabía, exigiendo que le pidan permiso para tirar un ceacheí, estaba el Huaso Lalo. A la tercera pregunta se puso a llorar: 'Somos el mejor país del planeta, el mundo empieza y termina en Chile. Tengo dos hijos universitarios, una familia que me respalda, amo a mi mujer. Amo mi patria. Tenemos grandes héroes. El Massú, Arturo Prat, y tantos presidentes'. Nombró a héroes de bajo perfil.
Nadie lo puede explicar bien, pero todos apuestan por una locura: Chile clasificará. Periodistas alemanes dicen que Chile estará en segunda fase. Los italianos, los brasileños, los argentinos. En el búnker no cabe ni siquiera una sola duda. Es la furiosa fe roja de Chile. ¿Y quién queda eliminado? España. ¿Y quién será el mejor? Holanda. ¿Y Chile? Clasifica como sea, luego se hunde, pero estará entre los mejores. Y luego empiezan los alaridos de siempre. Se contabilizaron veintidós ceacheís consecutivos. J