l Mario Saavedra Ponss
Aterradas
Los segundos que duró el forcejeo se les hicieron eternos. La acompañante terminó con sus manos heridas al enterrarse los vidrios rotos de la ventana, intentando aferrarse. Su hija pisó el acelerador para alejarse de los tipos. Pero la dramática situación la afectó tanto que no pudo mantener el control de su todoterreno y se fue de lleno contra un bloque de concreto. La parte delantera quedó completamente destruida y ninguna entiende cómo se salvaron.
"El asiento se reclinó de milagro y mi mamá quedó debajo, o si no, se hubiera golpeado la cabeza. Los carabineros nos decían que ellos se sorprendieron de que no nos pasara nada más", explicó la estudiante, quien resultó con contusiones y una lesión cervical.
Después del impacto, la conductora bajó a pedir ayuda a la calle pese al miedo de que los lanzas todavía anduvieran allí para atacarlas. "Yo terminé con un sentimiento de culpa súper grande porque me pareció ver mal a mi mamá. Así que empecé a hacerle señas a los conductores. Vino gente que salió de los departamentos que están al frente", relató.
Las mujeres fueron trasladadas hasta el Hospital Regional de Concepción. Sus lesiones fueron leves, pero ambas quedaron profundamente aterradas y esperan no tener que pasar por Costanera por un buen tiempo. J
l El sector en el que ocurrió este ilícito se ha transformado en un lugar recurrente de pulgazos. Las mujeres son, por lo general, el blanco que los lanzas eligen por lo que la recomendación que hacen las propias conductoras es a no dejar la cartera a la vista ni llevar nada de valor. Tampoco pasan muy entrada la noche y otras afirman que nunca se detienen por completo en el semáforo.