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Hace unos meses ya se había reportado un caso similar. Una mujer sufrió un síndrome de excitación incontrolable, un fenómeno verídico en la medicina, y pasó una noche entera teniendo orgasmos, uno tras otro. La conmoción fue mundial. La mujer acababa sola, sin provocación, y manifestó estar infeliz.
Lo que pareció entonces un caso excepcional, aislado, se repitió hace unos días generando un susto masivo en la Tierra. Otra mujer fue víctima de una lluvia de orgasmos. Se trata de Cara Anaya, una dama oriunda de Texas, Estados Unidos, 30 años, casada y con un hijo de 10 años que se halla en la actualidad bastante acomplejado por el síndrome de su madre: la señora Anaya reportó un orgasmo múltiple que duró dos horas. Las cifras son escandalosas: Cara Anaya acabó 180 veces en ese lapso de tiempo.
"Estoy abrumada y con vergüenza", dijo Cara. Y relató que los comienzos de esta enfermedad ocurrieron en un supermercado. Estaba de compras cuando se excitó con el estante de mermeladas. Se tiró al suelo y tuvo un orgasmo sensacional, a gritos, y que ella misma catalogó "uno de los mejores orgasmos de mi vida". Se fue de inmediato a su casa y, al manejar, tuvo otros orgasmos. La vieron en todo el barrio. Cara Anata decidió no salir de su casa. Apenas se acercó a sus amistades. El malentendido era generalizado. Se excitaba con todo.
Hoy Cara Anaya pide ayuda a la medicina moderna. Exige que, por favor, la enfríen. Aspira a volver a tener orgasmos convencionales, menos arrebatados y, sobre todo, de a uno.
"Ya ni siquiera puedo salir con mi hijo porque siento que lo puedo acomplejar. Esto que me pasa es muy embarazoso, aunque estoy lejos de estar embarazada", reveló con una cuota de humor.
Y luego reveló que su vida en pareja está en problemas. "Siempre estoy caliente", reveló directamente. J
l El fenómenos de los orgasmos compulsivos no parece tener un remedio por el momento. Lo único que se puede hacer es recurrir a recursos artesanales para moderar la excitación. Cara Anaya, por ejemplo, se pone hielo en la zona genital y cada ciertos minutos se da largas duchas con agua fría. Eso la mantiene en paz.