Kerty, la auxiliar penquista, cuenta cómo llegó a ser líbero de la Roja en sus años de gloria
l Andrea Neguiman Pozo
Desde pequeña le inculcaron que los segundos lugares no existen. Cada vez que pisa alguna cancha demuestra su gran talento con el balompié. Es una guerrera innata y sin tapujos manifiesta su amor por la pasión de multitudes: el fútbol.
A sus 46 años, Kerty Rivera trabaja hoy como auxiliar en los consultorios de Concepción, pero continúa siendo fiel a la educación que le entregó su padre, basada en el desarrollo del deporte. Desde niña se le dijo que era esencial en la vida de un ser humano. Por eso y, a pesar de tener dos importantes operaciones en su cuerpo, sigue jugando a la pelota.
Es que esta penquista no es una mujer como cualquier otra. Ella fue (y es) una talentosa futbolista que, incluso, capitaneó varios partidos de la selección chilena femenina hace un par de décadas.
"Siento que fui un pilar en el equipo (...). Para pertenecer, tuve que postular. De las 600 deportistas yo quedé seleccionada en el tercer lugar. Todo calzaba, porque yo soy líbero. Pasé por varios procesos, fueron varios meses", rememora con enorme emoción.
Pese a que fue un proceso bastante cansador, Kerty Rivera indica que todos sus sueños se hicieron realidad gracias a aquella etapa. "Fui con mi equipo al Sudamericano de Brasil y al de Argentina. Después fuimos al Mundial en la India en 1994. Estuve en Inglaterra también. Me pasaron muchas cosas lindas", expresa muy orgullosa.
Entre los grandes logros que obtuvo durante su carrera futbolística, recuerda con cariño el tercer lugar que logró con la selección chilena en India. "Fue en un Mundial. Ahí también fui premiada como la mejor jugadora de la competencia. Con el equipo también sacamos un tercer lugar en un torneo Sudamericano, en Brasil en 1992", agrega.
Para hacer realidad toda su carrera futbolística, esta mujer y hoy madre de cuatro hijos tuvo que realizar enormes esfuerzos. "Ese período fue bien sacrificado para toda mi familia, porque todos mis viajes fueron costeados por mis padres. Les salió bien pesado a ellos, en especial cuando comencé a ir a entrenar a Santiago más seguido. Tuvimos que hacer milagros en aquella época", señala.
escuelas
Tras su paso por la Roja femenina, pensó que sería ideal continuar por la senda del deporte. Con la ayuda de algunas instituciones sociales, postuló a diversos proyectos para conseguir algún dinero que le permitiera sustentar una escuela de fútbol para niños. Ese era su gran sueño, así que luchó y luchó para conseguirlo.
"El '97 algunas autoridades le dieron el vamos a mis proyectos. Durante todo ese tiempo tuve bajo mi cargo a ocho escuelas. Una en Lorenzo Arenas, otra en Pedro de Valdivia, en Barrio Norte, en fin, en diversas partes de Concepción. La idea era trabajar con pequeños de bajos recursos e incentivarlos a practicar el deporte", sostiene, muy orgullosa por todo lo conseguido.
En la actualidad, esta gran mujer participa en la comandancia del equipo de sus amores. "A los ocho años participé en el Súper Estrella de Barrio Norte. Después pasé a mi equipo de corazón, el Bernardo O'Higgins, aquí también se creó una escuela (...) Constantemente estoy en comunicación con la dirigencia de este equipo. Sus canchas me quedan bien cerquita de mi casa. Por eso, de vez en cuando, practicamos algo con los niños de la población", señala.
Auxiliar
Esta ex seleccionada nacional hoy se desempeña como auxiliar de apoyo en la Dirección de Administración de Salud (DAS) de la Municipalidad de Concepción. En este lugar, según indica, se siente muy a gusto. "Tengo un muy buen trato con todos los que trabajan acá. Me siento bien y cada día siento que me valoran harto", agrega.
A este recinto llegó hace unos siete años. Muchos de sus compañeros ya sabían de su vasta experiencia en el balompié, por lo que no fue una gran sorpresa cuando solicitó tomar las riendas de un equipo de fútbol que se creó poco después de su llegada al recinto. "Cuando comencé a trabajar se iniciaron las competencias de deportes. Me entusiasmé y comencé a alentar a la gente para que participara. También comencé a enseñarles a jugar fútbol a algunas funcionarias, y así se comenzó con una rutina que continúa hasta ahora", explica la penquista.
"Con el equipo de fútbol este año nos fue bastante bien en un campeonato que organiza una caja de compensación. Sacamos el tercer lugar. En uno de los partidos me hice cinco goles", añade muy contenta.
Uno de los grandes sueños que tiene esta amante del deporte es participar en la inauguración de la remodelación del estadio Ester Roa. "Ojala que el alcalde Álvaro Ortiz me invitara a la ceremonia. Esa jornada sería mi despedida ideal de las canchas. Ojalá se pueda concretar", explica.
Asimismo, ruega para que el sistema que hoy tienen los deportistas chilenos cambie de una vez por todas. "Mis cuatro hijos realizan deportes. Mi hijo mayor es karateca. El ganó un campeonato nacional en Valparaíso. Dylan es el que le sigue. Él está en una academia preparándose. Ambos se han decepcionado, debido a la poca ayuda que reciben los deportistas en el país. Esto no debería pasar", sostiene.
En este panorama sus gemelos, de 11 años, también están viendo truncado su futuro por las pocas lucas. "Ambos son buenos deportistas. Por su tamaño, ya que son los gemelos más grandes que han nacido en la región: pesaron cuatro kilos 700 gramos y midieron 54 centímetros, han sido bien cotizados y ellos les han sacado provecho a su estatura. Uno es basquetbolista y el otro es futbolista, pero pucha que cuesta mantenerlos en sus deportes", lamenta la mujer. J
"Siento que fui
un pilar en el
equipo. Fui una
gran capitana de
la selección"
Kerty Rivera,
"Me gustaría que
me invitaran a la
inaguración del
Ester Roa. Sería
mi retirada de
las canchas".
Kerty Rivera,