La Tía Chachi revivió a más de 120 soldados del carrete con sus exquisitos mariscales calientes
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Mientras algunos continuaban con la celebración de Año Nuevo, ella se preparaba para atender a sus fieles clientes. Desde tempranito tenía todo listo y dispuesto para abrir las puertas de su restorán. Fue tan minuciosa en sus quehaceres, que no le quedó ningún detalle por resolver. Es que para Luisa Arévalo, de 61 años de edad, el 1 de Enero es uno de los días que más ingreso genera, por eso, no dejó que nadie ni nada le arruinara la maratónica jornada.
Pero eso no es todo, ya que en sus hombros también tiene un gran peso: mantenerse en el podio de los mejores mariscales de la zona. Sus abuelos y su madre estuvieron en el cetro desde siempre, ¡por años! y ella siente que debe continuar con ese gran legado, sentimiento, que en ocasiones, no la deja ni dormir. "La gente nos reconoce por nuestras preparaciones. En especial, por los mariscales calientes. Tenemos un secreto de familia que hace que sean muy buenos, que se diferencien de los demás y que revivan a cualquiera. Mantener ese buen gustito en el plato no es nada de fácil. Hay que tener un don", expresó la cocinera.
A diferencia de años anteriores, esta vez, el público se tardó más en aparecer por el Barrio Chino de Lirquén. El primer batallón de sobrevivientes arribó al local pasadas las diez de la mañana. "Estuvo muy lenta la mañana. El año pasado, por ejemplo, comenzamos a atender a eso de las siete, pero hoy (ayer), el primer grupo llegó mucho más tarde", comentó la madre de tres hijos.
Al igual que la mayoría de las personas que acuden a su restoran, éstos valientes tenían entre ceja y ceja un sólo objetivo: saborear el mariscal de la Tía Chachi, para revivir al cien por ciento y darle con todo a la segunda patita de celebración. "Eran como catorce personas. Todos pidieron mi plato. Me dijeron que eran de Los Ángeles y que habían pasado las fiestas por acá (Lirquén), donde unos familiares, y que ellos les habían contado sobre mi preparación", sostuvo.
La buena suerte para la nonita llegó con estos primeros clientes, ya que a eso del mediodía tenía repleto su local. No cabía ni un alfiler más adentro del recinto. "Tenemos disponibles dos salones principales en el primer piso. Arriba también hay uno que está lleno. Sé está mejorando la cosa, pero igual siento que ha estado más lento que otros años", comentó.
"Ahora mismo fíjese usted que hay gente que está esperando para entrar a mi restorán. Me siento agradecida de eso, pero si usted mira para afuera, no andan muchas personas dando vueltas. El año pasado, por ejemplo, uno se asomaba por la ventana y veía puras cabezas caminando por la calle. Hoy (ayer), nada de eso sucede", agregó.
Es que vender más de 120 mariscales calientes en sólo un día, no la cuentan en muchos restoranes. Es que el prestigio que tiene "Mi Casa Chachi", se debe al enorme trabajo que ha realizado su dueña junto a toda su familia y una ancestral receta casera. "El mariscal que nosotros preparamos lo hacemos con caldillo de cabeza de congrio. Se cuece la cabeza, después se cuela y con ese jugo, se hace el mariscal. El ingrediente secreto... Mmm... sólo lo conoce la familia", señaló.
Este reponedor plato ha pasado de generación en generación. Los primeros que dieron con el mejunje fueron sus abuelos. Sin embargo, fue su madre quien empezó con el negocio gastronómico y masificó el mariscal en miles de paladares. "El local era de mi mamá. Ella me crió aquí, preparando platos. Hace como 30 años que pasó a ser mío. Es un largo camino que he recorrido en este local", señaló con nostalgia.
los inicios
La historia de esta singular familia de cocineros comenzó, al igual que muchas otras, a la vieja usanza, es decir: sin papeles y con puro corazón. "Mi mamá inició el local con dos mesitas no más. Era una casa particular. Yo me acuerdo de todo eso, porque siempre estuve con ella", relató.
"Cuando crecimos, mis hermanos y yo la empezamos a ayudar. En ese momento, se comenzó a forjar lo que es el restorán de hoy en día. En esa época me acuerdo que se vendía harto el mariscal frío. Lamentablemente, ahora no se puede vender así", añadió la experta.
Son miles las historias que han pasado por este tradicional recinto gastronómico. También son varios los famosos que han pisado este lugar. Según contó la pencona, cantantes y actores nacionales e internacionales han disfrutado de su exquisita comida. "Ha estado Cecilia Pantoja. Una vez vino la Palmenia Pizarro y también la Cuatro Dientes", recordó.
Pese a que su local es un éxito rotundo. La mujer expresó que no tiene entre sus planes expandir su mercado. "Con este restorán basta y sobra. Trabajo de lunes a domingo y de domingo a lunes. Es bien sacrificada la pega y la idea es gozar con todo esto", explicó firmemente.
"Lo único que pido es que Dios le de más años de vida a mi mamá, que ya tiene 81 años, para que continue al lado mio, apoyándome y cocinando sus ricos manjares. Ella dice que ahí nació y que de ahí nadie la sacara. Ella nos une en el local", añadió. J