Cómo reducir el trauma del divorcio en los niños
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Según una serie de estudios realizados en países hispanoparlantes, uno de cada tres matrimonios termina en divorcio. Y los líderes en la materia, se lee en los informes, son Venezuela, España y Chile. El fenómeno, añaden los expertos, ha crecido de manera exponencial en los últimos cinco años, dejando de ser un tema tabú.
Lo que sí sigue siendo un área difícil de tratar es el efecto que tienen las separaciones en los hijos. Según los sicólogos, los niños, precisamente, son los que más afectados se ven cuando sus padre se divorcian, por lo que resulta clave elaborar una serie de técnicas de contención para con ellos. Los especialistas explican que el período más crítico para los menores es al año siguiente de la separación y no el momento inmediato.
Qué no hacer
Lo ideal tras un divorcio es que la pareja mantenga a los niños alejados, en todo momento, de los problemas que sostiene. Lo más dañino que se le puede hacer a los hijos es intentar manipularlos para que se vuelquen en contra de uno de los padres. Otro de los errores frecuentes es que, tanto hombres como mujeres una vez consumada la separación, suelan intentar borrar todos los recuerdos de su anterior pareja. Esto, explican los sicólogos, golpea negativamente a los menores al verse obligados a vivir una doble vida.
Lo ideal es que la madre o el padre no se conviertan en un tema tabú. Y que cuando uno de ellos encuentra una nueva pareja, esta no sea vista por su anterior conviviente.
Esto, en definitiva, se traduce en que el menor siente que no tiene permiso de sus padres para relacionarse con el otro. La prohibición, a veces tácita, se traduce en que el niño se ve obligado a esconder gran parte de sus sentimientos, por lo que no puede desenvolverse con libertad frente a sus padres. J
l El primer paso, recomiendan los expertos, es armarse de valor y contarle a los niños lo que está pasando. Esconder el divorcio o inventar historias ficticias sólo retrasa el golpe. Para eso, los padres deben tener la suficiente entereza como para no sentir culpa ni creer que lo que están haciendo está mal.