Familia llora muerte de chorero que cayó desde el Gran Cañón
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Cientos de amigos acompañaron a la familia de Juan Ignacio Carreras, un joven chorero de 32 años, en el último viaje que emprendió tras su regreso a Talcahuano. El muchacho, que vivía en Estados Unidos desde hace ocho años, falleció durante un viaje de vacaciones con su hermano al Gran Cañón, en el norte de Arizona. "Juanito", como todavía lo recuerdan en el puerto, cayó más de 400 metros y fue rescatado al segundo día de búsqueda.
Su regreso a Chile costó y eso agudizó el dolor de sus familiares que aguardaban por él en la Villa Ensenada. Sólo la compañía de sus vecinos, compañeros y cercanos ayudaron a aplacar la pena que los embargó durante los trece días que tardó su cuerpo en llegar a nuestro puerto.
Apoyo a su familia
Para su padre, Víctor Carreras, el apoyo fue fundamental. "Todos mis vecinos se unieron como si tuviéramos la misma sangre. Llegaron también sus compañeros del colegio D-506, del liceo La Asunción y de la Universidad de las Américas. Además de eso, fuimos acompañados por mis colegas de la línea de colectivos Tacotal y Carabineros de la Tenencia Las Higueras, ya que yo pertenecí a la institución por 23 años. Cada uno recordó a nuestro Juan Ignacio durante estos días tan difíciles", señaló.
Fue un accidente
Según consigna el portal abcnews.com la caída del joven fue calificada como accidental, aunque todavía hay una investigación en curso. De acuerdo a lo detallado por el sitio, la víctima precipitó desde el borde del acantilado sur del Gran Cañón. Un helicóptero del parque logró encontrar su cuerpo sin vida. Sin embargo, debido al terreno y la falta de luz, se debió esperar un día para efectuar el rescate.
El relato de los medios estadounidenses fue confirmado por Sebastián Carreras, hermano menor de Juan Ignacio, que estuvo con él ese día. "Viajé a visitarlo y viajamos cuatro horas en auto para conocer el lugar como turistas. Hace mucho que no nos veíamos y aprovechamos la oportunidad. Lo que pasó fue un accidente, él se acercó a la orilla de la zona turística y resbaló. Pedí ayuda a quienes estaban cerca, llamaron al 911 y luego llegaron los guardias del parque. Esperé ahí con la esperanza de que él estuviera vivo, pero no había nada por hacer. Al volver no pude hacerlo en su mismo avión. Todo el trámite para repatriarlo fue muy complejo", explicó su familiar.
Tenía grandes planes
El recordado chorero vivía en Estados Unidos desde hace ocho años. Trabajó en un montón de pegas, viviendo el sueño americano. Actualmente estaba lleno de proyectos en la empresa de autos de lujo Dream Racing Club, en donde se desempeñaba como jefe de personal, según contó su familia. En dos años más, el oriundo de Talcahuano esperaba conseguir la doble nacionalidad en Norteamérica, para poder volver a ver a su familia cuando quisiera. Vivía en Las Vegas, la ciudad más grande en el estado de Nevada, en donde tenía una pareja estable.
Su madre, Gloria Soto, añadió que "con todo el apoyo que recibimos durante estos días, nos dimos cuenta de lo especial que era mi hijo. Mucha gente fue tocada por su alegría y su bondad a lo largo de su vida y eso quedó reflejado con el cariño que le tenían". Un ejemplo de ello fue lo que hicieron en su pasaje, Lago Rupanco: todos los vecinos adornaron sus casas con globos blancos e incluso le mandaron a hacer un lienzo con una dedicatoria y fotos para su funeral.
Cifras del parque del Gran Cañón indican que, el año pasado, murieron allí 24 personas. J