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Funciona "gracias a la magia de la caridad" explica Araceli Villegas, presidenta de la Agrupación Solidaria del Comedor de Dichato, quienes mantienen una sencilla casa en la que reciben a quienes necesiten de un plato de comida. Es una iniciativa netamente comunitaria. Lo único que se pide son 300 pesos como donación, y solamente si es que los tienen.
"Aquí se atiende a todas las personas que lo necesiten", comentó Villegas, afirmando que no se piden documentos, sino sólo llegar a esta casita verde que se encuentra en la calle El Túnel. Incluso reciben a los trabajadores que no tienen para pagarse el almuerzo, a quienes se les pide 500 pesos de donación.
"El comedor lleva funcionando tres años y medio, las fundadoras trajeron ollas y alimentos de sus casa, así empezaron", cuenta la encargada.
En la actualidad, estas mujeres han sabido seguir adelante con sus cerca de 20 personas beneficiadas diarias, sin apoyo de Gobierno, ni municipal, pero con una preocupación: "Queremos tener un terreno, porque llevamos más de tres años y hemos estado en tres lugares diferentes", detalló Villegas, circunstancia que implica gastos de sus bolsillos para los traslados. Desean dejar atrás esa inseguridad, por lo que están solicitando un terreno municipal.
"Atendemos a los que quieren venir, no se le cierra la puerta a nadie, vienen jóvenes que tienen sus vicios y les damos comida cuando llegan. Uno tiene que tener paciencia", declaró Irma Garrido, que es una de las fundadoras de este comedor popular.
Asimismo, son varias las personas solidarias que les hacen donaciones. "Una verdulería nos da una vez a la semana, el supermercado siempre nos ha ayudado, la iglesia y también los vecinos", contó Garrido.
Olivia Romero lleva un año trabajando en el lugar. "Yo llevo la comida a las personas que no pueden llegar aquí", dijo, llamando a quienes puedan a acercarse a colaborar. J