La vida familiar y patiperra del Circo Gigante de México suma nuevos amigos en Concepción
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Entre las butacas rojas y el azul del toldo interior, el director del Circo Gigante de México, Fernando Sánchez, repasa una trayectoria que suma más de tres décadas en el espectáculo. De acuerdo a la noble y respetada tradición, dice que "uno nace en el circo, crece en el circo, se casa en el circo y muere en el circo". Lo anterior responde al porqué de la vida de estos hombres y mujeres, que a su vez conforman el legado de la gente que oficia detrás y bajo las luces del toldo. "El circo se hereda de padres a hijos", sentencia.
De igual forma que antes las calles recibían a los curiosos espectadores del desfile promocional, el Circo Gigante de México hizo su aparición en la Plaza Independencia ante las miradas fascinadas de los transeúntes. Delante de la belleza, el brillo y los colores no ocultaron los celulares para inmortalizar el encuetro lleno de brillos.
Dentro de los artistas presentes, estuvieron los compatriotas Carla Pairoa (bailarina) y el payaso "Ramolino", José Luis González. Ambos declaran con orgullo que son nacidos y criados en el circo, y esperan transmitir su pasión por él a sus hijos. Así es como desde los orígenes de la actividdad, la gente que los componen son grupos familiares que siguen la costumbre de formar a sus futuras generaciones en estas artes.
Por su parte, Carla Pairoa, de 30 años de edad, cuenta que si bien existen personas externas al circo que gustan de él y se integran como artistas, ella es parte de la mayoría que sigue la tradición familiar. Agrega que cada padre enseña a sus hijos el oficio, pero de igual manera actualmente muchos realizan su formación profesional de forma paralela. "Cuando chica estudié ballet, eso me ayudó a perfeccionarme", comenta.
La viñamarina se especializa en el ula-ula olímpico y dice que es lo que más le apasiona, pero también "me llena de alegría, porque es mi vida".
Respecto a la aventurera vida en el circo, señala por ejemplo, que la educación formal se complica al ir de una ciudad a otra constantemente, pero "hay muchos niños que hoy en día se quedan en casa de abuelos o parientes, y estando ahí pueden estudiar de manera estable". Si bien ella, como también Fernando Sánchez, "Ramolino" y otros artistas del circo, heredan el oficio de sus padres, el futuro de sus hijos de nueve y seis años, será una decisión de ellos. "Están estudiando pero a la vez igual ensayan para ser artistas, si les gusta se pueden quedar, si no, pueden seguir estudiando, tener una profesión y trabajar en otra cosa. Depende de ellos, pero por mí que se quedaran para siempre en el circo".
Por su lado, el payaso "Ramolino", de 29 años de edad y sexta generación de la familia González en el circo, dice que "cuando llegó el momento de estudiar, mi papá me dio a elegir entre una carrera o el circo, fue más fuerte el circo. Mis padres fueron payasos, trapecistas, contorsionistas, acróbatas y malabaristas. Todo lo aprendi en el circo, de parte de mi abuelo que le enseñó a mi papá y a nosotros. También somos músicos, tocamos trompeta y saxofón".
Cuenta además, que su pasión es ser payaso, ya que es un arte que permite hacer reír, especialmente a los niños, cuando las personas están cabizbajas. Su trabajo lo ha llevado por diversos circos, tanto chilenos como extranjeros, sin embargo, ha permanecido constante en las empresas nacionales. Asimismo y como parte de sus proyecciones indica que "espero algún día tener un circo propio, ser profeta en mi tierra". Anhela transmitir ese cariño por la actividad a sus hijos y así perpetuar su historia familiar, ya que afirma que "lo que me ha marcado en mi vida, es ser de circo, eso es lo maximo para mi".
"Todos saben que cuando viene Fernando Sánchez, con algo va a sorprender, y ese es el sello de distinción", indica Fernando Sánchez. Sin embargo, el proceso para llegar al reconocimiento conlleva una experiencia atada a los años de aprendizaje, que para este mexicano director comienza en la empresa Fuentes Gasca, una de las más importantes en América Latina. "En esa empresa fui el director general por 35 años consecutivos, luego de la muerte de Gustavo Fuentes Gasca acabó mi ciclo ahí, y me puse con mi Circo Gigante de Mexico, tengo cuatro años con el y soy la persona que tiene todos los contactos para buscar las atracciones y a los artistas a nivel mundial", explica.
recorriendo el mundo
A lo largo de su carrera ha recorrido el mundo, lo que ha dado prestigio a su figura y la experiencia necesaria para continuar el negocio. El reconocimiento se refleja en los cargos que ha ocupado, ya sea en las empresas Fuentes Gasca o como de jurado de los más destacados festivales de circo en el mundo, tal como el Festival de Monte Carlo (Monte-Carlo International Circus Festival, creado en 1974), que con entusiasmo describe como "un mundial de fútbol, donde van a competir los mejores. Cualquier acto ahí, es el mejor del mundo".
La experiencia por su lado, se debe a sus viajes alrededor del globo, donde contabiliza más de tres mil espectáculos en su vida. "Cuando eres una persona con la oportunidad de viajar por muchos países, en el caso mío fueron 47 países, eso te da una posibilidad de abanico de muchos artistas, entonces ¿qué es lo que más me ha marcado a mí? : el poder tener la oportunidada de haber viajado a todos esos países, conocer todos esos espectáculos y tener una gama mayor y una posibilidad de poder contratar muchas atracciones, eso a mi me va a dar la frescura de que cada dos años yo puedo renovar mi compañía y de que nunca voy a aburrir al público".
Gracias a este trabajo de estudio a los circos afamados en todo el Planeta, Sánchez asegura que "logramos armar el circo y un espectáculo de primer nivel que nunca antes se había presentado aquí en Concepción", con una oferta total de 19 actos. La función que logra resaltar en esta visita, es la representación de uno de los personajes de Frozen, la aclamada película de Disney, donde el director mexicano resalta que "tenemos a la princesa de la nieve, que la traen todos los circos, pero ésta hace nevar dentro del circo para los niños que no conocen la nieve y muchas personas que no han visto nevar. Eso nos hace diferentes, nosotros siempre le ponemos nuestro sello a nuestros espectáculos, y a pesar de que el show dura dos horas, si ustedes pestañean, pierden".
Otra de las novedades que trae el Circo Gigante de México, son las apuestas tecnológicas, por ejemplo, las luces computarizadas reciben la señal de los sensores en los vestuarios de los artistas, así el destello automáticamente va a donde estén. También el público podrá presenciar la transformación del "Auto más famoso del mundo" que se convierte en un robot cercano a los cinco metros de altura. El espectáculo está constituido con un groso de artistas entre los 16 y 25 años, que según Sánchez, le da dinámica al show que podrán presenciar los penquistasque acudan a la carpa ubicada al costado del Mall Plaza del Trébol.
En definitiva, los asistentes podrán disfrutar durante un mes de funciones, ya sean dias y fines de semana como festivos, con entradas que van desde los cuatro mil a los quince mil pesos. El circo sigue vigente en la cultura de los grandes y chicos, así como el mundo que encierran las coloridas carpas son testimonios de generaciones familiares que conservan el oficio y el arte del espectáculo más alegre del mundo. J