Patiperro chorero gana fama en fútbol de Malta
Carlos Paz Durán
De repente, Juan Artiaga se transformó en un errante del Fútbol. Nacido en Talcahuano hace 22 años, formado en el club lila y con algunos partidos en el fútbol profesional con Naval, hoy este volante o lateral se hace un nombre en Malta, un idílico archipiélago ubicado en el centro del Mediterráneo, al sur de Italia, al oriente de Túnez y al norte de Libia.
"Salí de Chile en busca de nuevas oportunidades. Fue en marzo pasado, y con Nueva Zelanda como destino original. Estaba todo arreglado para jugar ahí, pero problemas con la visa lo impidieron. Como tenía un representante conocido en Italia, y un amigo en Milán, opté por seguir ese rumbo", señaló Artiaga vía Facebook, red social con la que se entretiene y "mata" el tiempo libre.
No poseer pase comunitario le cerró todas las puertas en Italia.
"Malta era una opción incluso antes de dejar Chile. La tomé y tras probar en algunos clubes, en septiembre fiché en Senglea Athletic, que se ubica en la ciudad del mismo nombre y que compite en Segunda División", comentó.
En Senglea, el chorero ha jugado casi una decena de encuentros. El más reciente fue el triunfo del sábado pasado ante el Rabat por 1-0, en el que nuevamente fue titular y gracias al cual el club se ubicó cuarto con 19 puntos.
"Acá el fútbol no es técnico sino físico. La diferencia la ponemos los extranjeros. A nosotros nos exigen más", aseguró, para luego acotar que "en cancha se permiten hasta tres foráneos. En el club somos cuatro. Los otros son un argentino y dos nigerianos que hablan español. Ellos me hacen los entrenamientos más fáciles, pues los idiomas que se hablan son maltés, inglés e italiano".
"Tengo contrato hasta fin de temporada, o sea, abril o mayo del 2016. Si rindo, no debería tener problemas para continuar", concluyó. J
"Si rindo, no debería tener problemas para continuar en Senglea",
Juan Artiaga, volante nacido en Talcahuano que busca fortuna en Europa
Aunque asegura que en el Senglea no gana una fortuna, Artiaga (en segunda fila, 2º de derecha a izquierda) reconoce que "la paga me tiene tranquilo, pues me permite vivir bien. Además, el club me alojó en un lugar que si bien no es grande, sí es cómodo". De la idiosincrasia local expresó que "me extrañó que los entrenamientos sean a las 6:30 de la tarde, también que los malteses trabajen hasta las 13.00 horas, para retomar sus actividades recién tres horas después".