El "Camión" Sáez y sus 75 años como hincha chorero
Carlos Paz Durán
Es hijo de Esmeralda Ávila, cuyo padre fue un veterano del Combate Naval de Iquique (navegó en la Covadonga). Así, no había forma de que Washington Sáez no naciera navalino. De eso hace ya 77 años.
"A los dos años de edad mi padre me llevó a ver las competencias de fútbol que había en la actual Base Naval de Talcahuano. De ahí que no he parado de seguir al representativo del Ancla", señaló "El Camión", como todos lo conocen en el puerto.
Esas siete décadas y media de fervoroso hincha, fueron reconocidas por la familia chorera en el lance del sábado contra Municipal La Pintana en El Morro.
"Los decanos de la lengua", que él define como "un grupo de barristas que nos ubicamos bajo las casetas de transmisiones, todos jubilados"; y la Kaña Brava, integrada por los seguidores más jóvenes y "bochincheros" de la entidad, le entregaron sendos reconocimientos (una camiseta y una placa con su foto).
"Agradezco tanto cariño", indicó este jubilado de la Caja de la Marina Mercante que vive solo en el Cerro Buena Vista, y que en los últimos meses ha estado muy enfermo a causa de una bronconeumonia y la diabetes.
"Lo fuimos a buscar a su casa para que recibiera esta muestra de afecto. La tiene bien ganada", dijo Nelson Miranda, uno de los que participó en la organización de la actividad.
"Cuando yo jugaba por el club, don Washington nos seguía por todo Chile. Recuerdo haberlo visto gritar por Naval hasta en Antofagasta. No se perdía hito del Ancla", indicó Edógimo Venegas.
"El Camión" no sólo fue un "imperdible" de las canchas en que jugaba la tienda albiazul. También era y siguiendo siendo asistente fijo al funeral de todo ex juador navalino, y con discurso de por medio. La última vez que mostró esa faceta fue en la despedida de Óscar Herrera, uno de sus grandes ídolos y amigos. J
Con sombrero para capear el sol y un llavero con timón que colgaba del pantalón, Washington Sáez se dio el gusto el sábado de dar la vuelta olímpica en El Morro. A ratos le faltó el aire y paraba, a ratos le decían que no siguiera... y seguía. Así es el "Camión", cuya única familia, aparte de la hinchada chorera, es una hija que "vive en el norte y que me tiene casi olvidado".