Llegó el verano y con él la planificación de nuestras vacaciones, y cada vez es más frecuente encontrar arriendo de casas o departamentos particulares para fines de descanso o turismo.

Al respecto, lo primero que debe saber es que este tipo de arriendo están amparados por la Ley de Protección al Consumidor; por tanto, podemos aplicar toda la normativa relacionada con esta materia propia, como por ejemplo, la publicidad engañosa.

En un caso de este tipo, lo primero que debemos hacer como consumidores es dirigirnos con quien hicimos el trato. Si no obtenemos una respuesta satisfactoria, la alternativa entonces es solicitar mediación al Sernac, que incluso nos entrega la posibilidad de hacerlo mediante la página web del servicio. Si tampoco obtenemos nuestras pretensiones, nos queda el camino judicial, mediante una causa en el Juzgado de Policía Local correspondiente al lugar donde se cometió la infracción. En materia de consumidor podemos perseguir tanto el daño material causado, como el daño moral, pues así lo contempla expresamente la Ley.

Sobre el verano quiero comentar que cada vez más nos enfrentamos con incendios forestales más cercanos a las áreas pobladas. Por ejemplo, se puede mencionar lo que sucede en Hualqui por estos días y los que han ocurridos en zonas de pastizales como en Tomé y Talcahuano.

Sería bueno que las autoridades y vecinos refuercen el trabajo para evitar tragedia como la ocurrida en Valparaíso.

Hay que efectuar limpiezas y también trabajos de desmalezamiento e incluso muros de contención, como los que se aprecian en Lirquén.

Las juntas de vecinos deberían avisar sobre estos riesgos y ser las primeras en buscar y exigir soluciones.

Las autoridades es de esperar que tengan los fondos para enfrentar este tipo de gastos, muchas veces no incluidos en los presupuestos.

De no ser así, serán los bomberos terminarán pagando las improvisación en la materia, con su esfuerzo y materiales.

Los vecinos tienen un papel fundamental de responsabilidad, pues son ellos los que muchas veces desarrollar, sin querer, acciones que ponen en peligro los bienes de muchos.

No hay que olvidar, por ejemplo, que muchas de los incendios forestales se producen por fuegos mal apagados hechos por excursionistas o veraneantes.

Juan Contreras