Se ha vuelto costumbre que el niño tenga teléfono celular. Pero antes de pasarle uno, los padres deben considerar algunos aspectos relevantes. Si bien no hay una edad mínima, se deben tomar en cuenta la personalidad y madurez del niño puesto que al menos debe poder identificar las acciones apropiadas de las inapropiadas. En el caso de un smartphone, debe activar los filtros web para que no vea contenidos inapropiados para su edad. La mayoría de los teléfonos tiene GPS y existen funciones para compartir su ubicación y la de sus amigos; se le debe explicar que no es necesario compartir su ubicación todo el día y a todas horas, y que debe compartirla sólo con las personas o amigos que conozca y le den confianza. En lo posible que no lo lleve al colegio, ya que es un distractor muy potente en las clases. También se debe acordar un tiempo máximo de uso al día (sugiero 2 horas) y que sean después del horario del colegio.

Los padres no deberían permitir el uso del celular en los momentos en que la familia comparte, por ejemplo, en las comidas, ni tampoco en el horario del descanso más importante, es decir, mientras se supone que está durmiendo. Del mismo modo se le tiene que explicar que no deben ser usados para intimidar o molestar a otras personas. Y que debe tener mucho cuidado en el intercambio de fotos y videos. Para cargarlo, hay que dejarlo en la noche con el equipo mudo, sin vibración y en modo avión. Y ojalá la carga sea en una habitación distinta a la que duerme.