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El cuerpo avisa cuando necesita sexo. Hay una serie de señales a las que se debe estar atento para identificarlas, pues la falta de sexo afecta física y emocionalmente a las personas, incluso sin que estas se lleguen a dar cuenta. Esto se debe a que el sexo es una necesidad humana que va mucho más allá del placer que genera, porque también cumple una función importante en la salud y el bienestar.
La diferencia está en cómo lo resuelvan las personas. Están los que intentan reprimir su deseo sexual y se cohíben de aquello que desean. Pero también hay otras que tienen más facilidad para expresarse y no dudan en vivir el momento al máximo cuando se da la oportunidad. Cada quién decide cuál de las dos opciones tomar.
La Oxitocina
Una de las principales señales es la ausencia de sueño. La actividad sexual ayuda a segregar una hormona conocida como oxitocina, importante para tener un sueño adecuado y placentero.
Otro aspecto a tomar en cuenta es el estado de ánimo. Si se suele estar irritable o de mal humor, también puede ser un índice de que el cuerpo necesita sexo.
Otro aspecto que se debe tener en cuenta es la imaginación. Es normal tener fantasías sexuales, pero si en el último tiempo han aumentado y se cruzan por la mente de una persona a cualquier hora del día es porque el cuerpo está ansioso por tener relaciones sexuales.
Aislamiento
Parece no tener ninguna conexión, pero una persona que tiene una vida sexual activa tiene mejores relaciones interpersonales. Por lo mismo, el dejar de tener experiencias sexuales puede provocar un aislamiento social. Esto se explica por la disminución en la producción de endorfinas, sustancias que ayudan a mantener el buen humor y el deseo de estar rodeados de más personas.
Por dichas razones es fundamental escuchar las señales que transmite el organismo, después de eso dependerá de cada persona si puede modificarlas o mantenerlas.
Las hormonas
Durante el acto sexual se liberan hormonas que fortalecen el organismo. En las mujeres se activa el estrógeno y la testosterona en el hombre. También adrenalina, que prepara el cuerpo para el acto. La circulación sanguínea aumenta y se liberan endorfinas, que son las responsables de la sensación de placer durante el orgasmo.