El casete se niega a desaparecer de la escena musical penquista
En Conce se pueden pillar varios románticos que han guardado sus discos en este formato, que fue el más importante en la distribución de la música por décadas. Además todavía hay tiendas locales que venden casetes originales.
Pese a que el avance de la tecnología dejó de lado al casete con la llegada del CD y luego del Mp3, el formato sigue latente en el corazón y las repisas de varios penquistas. Es que muchos amantes de la música todavía mantienen sus discos favoritos en cinta, ya que los consiguieron en los años de gloria del casete, entre los '80 y '90.
Uno de estos casos es el de Carlos Henríquez, quien actualmente es bajista de la banda L.U.D y tiene más de cien casetes originales, sin contar todas las copias grabadas que guarda en un rincón de su hogar.
"En ese tiempo se utilizaba mucho lo de copiar, pero entre originales y reproducciones caseras en algún momento tuve más de mil casetes. Ahora conservo en buen estado los originales y tengo más de cien, los otros están en alguna caja guardados en una pieza. Hace años hacía un programa de radio en la UBB y teníamos un convenio con una disquería. Entonces nos pasaban los discos, y nosotros los copiábamos antes de devolvérselos, por eso tengo muchos todavía", expresó el músico local, que además es periodista.
Las joyitas
Dentro de los ejemplares que mantiene de forma impecable en su preciada colección destacan algunos clásicos y otros más de culto, aunque admite que muchos se le perdieron con el pasar de los años.
"Tengo varios discos de música chilena y latinoamericana en general, por ahí hay un disco de Los Babasónicos de 1992, a mí me gustan de esa época. También hay casetes de Los Morten o el 'Traga' de Fiskales Ad-Hok. De música anglo hay mucho de glam ochentero, como Mötley Crüe, Poison o Twisted Sister", sostuvo.
Al ser consultado por el primer casete que se compró, Carlos recordó clarito cual eligió y sus razones. "Fue en 1987 y era de un grupo chileno que se llamaba Nadie y allí salía la canción 'Creo que te quiero', que era como el single más conocido de la banda", apuntó.
Actualmente, Henríquez también junta vinilos, por su insuperable calidad en el sonido. De todas formas, si se topa algún casete de su agrado en una venta o tienda, lo suma a su colección.
Como distribuidor
En dos periodos distintos, Carlos Henríquez tuvo una disquería ubicada en la Galería Caracol, donde se las arregló en su época como estudiante universitario.
"Tuve una tienda a finales de los noventas y luego la reabrí del 2009 al 2013. La primera vez estuve cuatro años, fue mientras estudiaba y trabajaba. Pero llegó un momento en que me era más rentable arrendar el local, que es de mi familia. Preferí dedicarme más a los estudios porque estaba terminando la carrera y tenía muchas más cosas que hacer", manifestó, agregando que "la segunda vez la abrí sin la intención de un negocio como finalidad, mi idea era tener un lugar donde se vendiera música más alternativa. Sumado a poleras de bandas y ese tipo de productos".
El mercado local
Si bien hace algunos años no era muy complicado pillar casetes originales en el centro de Concepción, ahora las opciones son más reducidas.
Dentro de la galería Pasaje Musalem, uno de los que difiere del resto es el local de música "Otra Sintonía". Allí se venden centenares de discos bajo este masivo formato, pero no precisamente para los más rockeros. Es que la oferta del lugar presenta estilos como cumbia, tropical, nueva ola y rancheras. Inclusive, en el amplio estante se pueden ver hasta los grandes éxitos de muchas telenovelas de los '90.
El dueño del lugar, Bernardo Saldías, considera que pese al paso del tiempo todavía hay compradores interesados.
"Tenemos casetes porque el mercado los sigue pidiendo. Hay mucha gente que mantiene equipos de reproducción de este formato por múltiples razones", indicó el locatario, agregando que "comparado con el CD, el casete es un sistema más fiel, porque es más duradero, manejable y también se puede reparar. El disco compacto se deteriora y muere".
Lamentablemente, el vendedor recalcó que no poseen el catálogo completo como antes, porque las fábricas en Chile se limitan a sacar música popular y bailables, dejando de lado al rock anglo.
"Nos gustaría tener más variedad, porque la gente nos pregunta mucho por bandas de rock como Metallica y no podemos ayudarlos. Más que escucharlos, los buscan por un tema de colección. Pero mientras las fábricas los continúen distribuyendo, nosotros vamos a seguir comercializándolos", reconoció.
Respecto a la fiel clientela que compra casetes en su establecimiento, manifestó que "por lo que ofrecemos nuestro público es de zonas más rurales, ya que supongo que prefieren trasportar su música y andarla trayendo en el bolsillo. Además, acá en la ciudad somos de las pocos locales que vendemos eso y estamos aquí desde antes que llegaran los españoles, entonces saben dónde ir por música", dijo en broma.
En relación a la competencia que le propone la Internet a negocios como el suyo, Bernardo no se hace problemas.
"Para todas las personas mayores no es tan fácil manejarse en la red y no se trata de hablarle al computador para que baje los discos, hay que tener ciertas destrezas. Algunos clientes siempre nos comentan que antes de acudir a nosotros le pidieron ayuda a sus nietos o hijos, pero éstos siempre están ocupados y no los pescan", señaló el comerciante, que no resta la hegemonía musical del vinilo, pero con el equipo de reproducción adecuado.
"Depende del oído de cada usuario y el nivel del equipo que tienen en su casa. A veces, con buenos ecualizadores puedes mejorar el rendimiento de un formato de menor calidad, pero siempre va a ser una cosa de gustos personales", concluyó.
"Entre originales y copias algún momento tuve más de mil casetes".
Carlos Henríquez, músico
"El casete es más duradero, manejable y también lo puedes reparar".
Bernardo Saldías,, comerciante
1963 fue el año que la compañía Philips lanzó el cassette en Europa y luego lo hizo en EE.UU.