Jóvenes se la juegan por la solidaridad
Vivir una experiencia de Misiones, para cualquier joven marca un antes y un después en su vida. Regalar días de vacaciones, donarse a otras personas hasta el punto de olvidarse de sí mismo, es lo que hace que esta experiencia sea realmente una escuela de vida.
Muchos dicen que la juventud está ajena a los problemas que hoy vivimos como sociedad, que está en una burbuja y no le importa lo que pasa fuera de su casa, de su lugar de estudios o de su barrio, pero hoy miles de jóvenes de la educación universitaria y técnico profesional nos demuestran lo contrario. En vez de vacacionar con sus amigos, visitan alguna localidad rural y conocen las necesidades que tienen estas comunidades, muchas veces olvidadas. Ellos ponen sus talentos al servicio de los más necesitados y tienen la convicción de que compartiendo la alegría de conocer a Cristo, podemos hacer crecer el alma de Chile.
Construcciones de viviendas, reparaciones de espacios públicos, talleres de niños, capacitaciones, formaciones cristianas; son algunas de las actividades que se ofrecen, todas lideradas por estudiantes que buscan entregar sus competencias y habilidades a otras personas, y así poder comprometerse de forma responsable al desarrollo del país.
En esta experiencia descubren lo felices que son compartiendo sus vacaciones entre amigos, pero con un matiz distinto: sirviendo a nuestro prójimo.