Fanáticos de la música ranchera explican el por qué de su pasión
El apelar a los sentimientos más profundos del ser humano, a los sufrimientos y a los hechos de la vida real, son parte de las razones que muchos vecinos de nuestra zona han visto en esta música. Hay todo un mundo por conocer.
A Efraín Barrientos le apodan "El Charro". Tiene 65 años de edad y se gana el pan de cada día cantando canciones mexicanas por todos los rincones de la ciudad. Este hombre, de grueso bigote y buena estampa, asegura a La Estrella que le encontró el gusto a este estilo de música cuando era un niño. Posteriormente, cuando se hizo mayor, se dio cuenta de que tenía un buen vozarrón para interpretarlas.
"Me trajeron unas pistas de Santiago hace más de veinte años. Me aprendí unas tres y me di cuenta de que me salían bien. Allí fue cuando decidí que quería dedicar mi vida a esto", señala con convicción. "Ahora voy a cumpleaños, aniversarios de matrimonio y serenatas. Todo lo que la gente me pida. Se pasa muy bien en este trabajo, porque comparto mucho con las personas y veo que ellas también disfrutan", manifiesta.
Con el paso del tiempo, la calidad artística del Charro Efraín ha ido en constante mejoría. Y cómo no, si es su fuente laboral con la cual mantiene a su familia. "Mando a pedir los trajes al extranjero. Tengo trece y todos de distintos colores. Me preocupo mucho de la presentación personal", asegura.
Razones del éxito
La música mexicana, tal como la conocemos hoy en día -esa que se interpreta con sombreros gigantes, trajes ajustados y pistolas en el cinto- se originó alrededor de la década de 1920 en la zona centro-occidental del país del tequila. Aunque el gusto por este tipo de música es transversal, es escuchada desde los años cuarenta en nuestro país y, especialmente, en las zonas rurales.
"Es que apela a los sentimientos, a los recuerdos, la vida campesina, los caballos, la familia, los bares y las tragedias amorosas. Por eso tiene tantos adherentes. Les traes al presente hechos que ya vivieron", aseguró El Charro Efraín.
"La emotividad es clave en esta música. Hay gente que llega a llorar escuchando sus letras. Les recuerda a sus familiares, o a situaciones que vivieron", agrega Daniel Manríquez, otro penquista que se dedica a este estilo nacido tras la Revolución Mexicana y que se extendió entre 1910 y 1920. "El fenómeno de la música mexicana es único en el mundo. Nunca había visto algo que se expanda tanto, y eso es porque son historias de la vida real", dijo Bernardo Saldías, dueño de una disquería especializada en rancheras, ubicada en pleno centro de Concepción.
Nuevas generaciones
Nacido en Temuco, hace 30 años, Daniel Manríquez le encontró el gusto a la música cuate, los caballos y las tradiciones campesinas cuando apenas tenía cinco años de edad.
Comenta que la primera canción mexicana la interpretó cuando estaba en segundo básico, en su ciudad natal, y la presentó en un festival de la voz de su escuela. "Siempre he cantado, pero hace cinco años me dediqué cien por ciento a esto. Mi esposa me ayuda en todo, porque es la forma en que mantenemos a la familia", declara.
Dicha pasión y dedicación se puede apreciar todos los días, ya que el "Charro Manríquez" se planta con personalidad y firmeza en el Paseo Peatonal Barros Arana, ganándose el cariño y respeto de la gente.
"Algunos pasan y me piden canciones. La gente canta y se emociona con las letras. Tenemos una conexión súper linda", sostiene.
En ese contexto, recuerda uno de los hechos más simbólicos que ha vivido gracias a esta expresión artística. "En un evento, en Lota, un cliente le pidió matrimonio a su pareja en el escenario. Ella le dijo que sí, así que se armó el tremendo desorden. Fue súper bonito", indica.
Pegado a la radio
En la radio Don Matías, con asiento en Lota y que se escucha en toda la provincia de Arauco, existe un segmento que de a poco ha ido ganando fanáticos. "Con sabor a México" es el nombre del programa, el cual es conducido por Carlos Concha, más conocido como "El Charrito de Carampangue".
"La masificación ha sido espectacular. Empezamos con una hora los sábados y luego aumentamos a dos veces por semana", comenta el locutor. Los motivos para crear el espacio eran clarísimos, según explicó, ya que la gente llamaba todo el día para pedir este tipo de canciones. Había que darles en el gusto y por eso se creó el segmento.
"En esta zona hay mucho sector rural, quienes son fanáticos, por tradición, de la ranchera. También hay vecinos que han tenido que dejar el campo para venirse a trabajar acá y tratamos de darle un poquito de eso a través de la radio", explica El Charrito.
"Desde la próxima semana estaremos cuatro veces por semana al aire. Eso es el reflejo del éxito", añade.
Bastión cuate en conce
Hace rato que las disquerías están desapareciendo en Concepción. Sólo quedan algunas, pero hay una que sobrevive gracias a la pasión ranchera.
Bernardo Saldías trabaja en el local de discos "Otra Sintonía", el cual existe desde la década del 60 en el centro penquista. Con más de cincuenta años en el rubro, se ha percatado cómo ha variado el género.
"Siempre ha existido gente fanática de la música mexicana, me incluyo, pero el problema es que suena poco en las radios de la ciudad", critica. A pesar de ello, reconoce que hay un segmento de personas fieles al estilo. "Por eso se sigue vendiendo, porque aunque sean menos, siempre está el público fiel", asegura.
En su local, ubicado en el Pasaje Musalem, puede encontrar discos compactos y cassettes de exponentes como Vicente Fernández y Javier Solís, entre otros, los que siguen siendo furor de ventas y fuentes de inspiración de artistas locales, como los charros Efraín y Manríquez.
"Canté por primera vez en segundo básico, para un festival"
Daniel Manríquez,, intérprete de rancheras."
"Siempre ha existido gente fanática, pero el problema es que ya no suena en las radios".
Bernardo Saldías,
vendedor de discos"