San Sebastián de Manco, en Florida, solía ser un sector lleno de vida, de hermosos paisajes y verde por doquier. El lugar está habitado por muchos adultos mayores penquistas quienes, cansados de la vida en la ciudad, decidieron irse a vivir entre los bosques. Pero tras el paso de los incendios forestales, dicho paraíso se transformó en una tierra desolada, ocre y cubierta de cenizas. Según los catastros de la junta de vecinos, se quemaron treinta casas, además de una iglesia en donde sólo quedaron en pie su campana y su cruz.

Las decenas de viviendas se quemaron entre el miércoles y el viernes pero la noticia de su destrucción, al comienzo, era sólo un rumor. Sólo pocas personas habían logrado acceder al área de más de ocho kilómetros, porque se encontraba completamente en llamas. Pero ayer por la mañana, cuando ya no quedaba nada más por quemarse, los habitantes regresaron y encontraron sus casas hechas añicos.

Conmovedora imagen

Muchos se conmovieron al ver que la cruz de la capilla San Sebastián de Manco aún seguía en pie pese a que la destrucción derrumbó todo cuanto había edificado.

La encargada de la comunidad, Mery Núñez, quien además es la tesorera de la junta de vecinos, recibía a quienes llegaban a observar la impactante escena. Contó que "estamos tristes y afligidos pero confiamos que saldremos adelante. Muchos vecinos perdieron sus casas, contamos alrededor de 30 y aún falta recorrer sectores interiores. Nuestra capilla celebra misas mensuales y era el punto de reunión de acá, hacíamos muchas actividades". Mery miró las ruinas una y otra vez. Con una voz quebrada por la pena, afirmó que "esperamos construir otra vez. Por ahora sólo nos quedó en pie nuestra fe".

Familias penquistas

Entre las decenas de damnificados de San Sebastián de Manco, hay una familia de cinco hermanos que construyeron casas independientes en el sector, quedando como vecinos. Juntos, ayer por la mañana, recorrieron la parcela que con el esfuerzo de una vida habían comprado. "Lamentablemente nos tocó a nosotros. Yo decidí arrancar a comienzos de semana, cuando vi que el humo estaba por todos lados y sentí que el fuego nos rodearía", señaló Miguel Fica, de 70 años.

El electricista jubilado agregó que "me estuve quedando con mis hijos en San Pedro de la Paz. Ahí supe que acá ya no quedaba nada". Lo que más lamentó es que su cabaña era el lugar favorito que tenían sus nietos, que solían visitarlo muy seguido.

Fernando Fica, de 73 años, otro de los hermanos, explicó que "yo me quedé hasta lo último con los vecinos lanzando agua. Ellos son muy buenos, vinieron de otros lados a ayudarnos a seguir mojando hasta el final. Terminaron sacándonos. De verdad, que nunca pensé que el fuego iba a llegar hasta acá, era algo tan lejano y terminó alcanzándonos igual".

El oriundo de Lirquén añadió que "a todos nos costó mucho trasladarnos acá. Yo era trabajador marítimo pero terminé jubilando muy mal. Hace cuatro años que estábamos viviendo una vida muy tranquila aquí, disfrutando de unas vistas de ensueño. Pero ahora está todo gris, sin nada".

Un kilómetro más cerca de Florida, Iván Villaseñor, quien llegó a vivir a San Sebastián de Manco desde Chiguayante, recorría los escombros que solían ser su hogar. "Los Bomberos no pudieron hacer nada contra el incendio forestal. Había brigadas que estaban en otro lado porque, lamentablemente, no daban abasto. El fuego arrasó. Hacia el interior, por un camino que está al lado de mi casa, se quemaron seis más"

Al trabajador también se le quemaron sus dos vehículos. Uno de ellos lo utilizaba para trabajar así que, por el momento, queda de brazos cruzados.

Cabe consignar que gran parte de los damnificados son agricultores. Perdieron cultivos, animales y mascotas. Piden ayuda urgente.

"De verdad que nunca pensé que el fuego iba a llegar hasta acá ".

Fernando Fica,, damnificado"

80 viviendas se quemaron en toda Florida de acuerdo a catastros del municipio.