Sepa cómo viven las internas de la cárcel de mujeres en Conce
La sección femenina cuenta con 123 reclusas, quienes en su mayoría fueron condenadas por hurto y tráfico de drogas. Pasan el día a día entre las salas de clase y los talleres laborales.
Magdalena es una de las 123 internas de la unidad femenina de la cárcel El Manzano. Hoy en día, cumple su tercera condena al lado de su hijo Joaquín, de tan sólo 10 meses de vida.
"Poder estar con tu bebé es algo impagable porque te olvidas de los problemas y del encierro, te hacen reír y tienes ganas de salir adelante", comenta a La Estrella la mujer, quien junto a otras tres reclusas conforman el Módulo de Maternidad.
"La verdad es que nos ayudan bastante y no hay que andar preocupándose de los pañales o de la leche. Además, tenemos una sala de estimulación, dormitorios diferentes a las demás internas", dice.
-Los pequeños están con ustedes hasta los dos años…
"Sí, el momento del desapego es súper difícil para nosotras. Yo lo viví con mi primer hijo. En ese momento, me dije: ¡pucha! Estoy con mi bebé y no me quiero separar de él. Entonces, decidí hacer conducta, conducta y más conducta. Cuando él tuvo que irse, yo ya tenía el beneficio de salir los fines de semana y después me dieron la libertad. Fue una pequeña separación de quince días más o menos. En una misma situación estoy ahora. Desde que quedé embarazada, comencé a realizar conducta y ahora postulé al CET (Centro de Educación y Trabajo). Por lo que me dicen las asistentes sociales, me va a ir bien. Tengo mi meta súper clara y para esto estoy haciendo mérito, agachando el moño frente a todo y evitando el conflicto, aunque la verdad es que eso cuesta harto adentro de la cárcel".
Magdalena es parte del programa "Creciendo Juntos", que tiene como objetivo asistir en los temas de salud, educación y familia.
"Se trabaja en duplas en el área psicosocial. Por ejemplo, las asistentes sociales deben informar al tribunal cuando los hijos de las internas salen del penal. Deben averiguar dónde van a ir y si esas personas están en condiciones de recibir o no al pequeño", indicó la jefa (s) de la sección femenina de la cárcel El Manzano, mayor Vivian Pincheira.
"Además -agregó-, nuestro paramédico hace un informe de la guagua cada vez que sale con respecto a la constatación de lesiones. Al regresar, se hace lo mismo y se realiza las constancias respectivas si el niño ha tenido recibido algún golpe".
"La verdad es que más de alguna oportunidad los pequeños han sido abusados en el exterior y por eso, nosotros tenemos que tomar el procedimiento y hacer las denuncias correspondientes", añadió.
¿lo mismo?
El Módulo de Maternidad es una de las tantas diferencias que existen entre las unidades de la cárcel El Manzano.
En este sentido, la mayor Vivian Pincheira indicó que "son tantas las discrepancias que hasta el olor es diferente. Los módulos de mujeres son limpios y ordenados".
Al respecto añadió que "el hombre que entra a la cárcel siempre va a ser asistido por algún familiar, en cambio, las mujeres que son condenadas reciben muy pocas visitas. Si está casada, el hombre no viene más y eso lo vemos frecuentemente. Es algo súper doloroso".
Los programas que se realizan al interior del recinto penitenciario también son distintos para cada género. "Hace algunos años había muy pocas capacitaciones y talleres que incorporaran a la mujer. Hoy en día, existen aunque hay que reconocer que falta bastante por hacer al respecto", comenta la gendarme.
En estos momentos, cuentan con un solo taller de repostería y panadería, donde 12 internas reciben un sueldo de alrededor de 75 mil pesos.
En tema de infraestructura también están en deuda en ciertos aspectos. En este sentido, la jefa subrogante explica que hoy por hoy cuentan con un solo baño para dos módulos que albergan a más de cien internas, la mayoría condenadas por hurto y tráfico de drogas.
"Se están realizando acciones para tener nuevas dependencias y cumplir así una condición mínima de vida. Durante los próximos años también deberíamos tener una escuela más grande y módulos para la diversidad sexual, específicamente, para los transexuales", añade.
Con respecto al tema educacional, la directora de la escuela del sector femenino, María Correa, explica que realiza clases a 26 internas en un ambiente muy distinto al que se da con personas adultas en el exterior. "Es súper complicada nuestra labor. Mientras nosotras estamos enseñando, el resto de la población se encuentra en su rutina diaria de patio, donde están escuchando música, donde están gritando e incluso, algunas llegan e interrumpen las clases para preguntar algo a alguna de sus compañeras de módulos, por ejemplo", indica.
En este punto, la docente es tajante en puntualizar que varias de sus alumnas asisten a la escuela con el objetivo de realizar conducta más que por aprender realmente. "Nos cuesta bastante entrar en sintonía con algunas, por el estrés del encierro o por las peleas que ocurren durante el día. Eso hace que el ambiente sea aún más tenso y más complicado para que aprendan", añade Correa.
Elsa tiene 30 años de edad y es una de las estudiantes que llega a diario a la sala de clases buscando aprender. "Me gustó la calle cuando chica y mis papás nunca fueron estrictos, así que dejaron que me saliera del colegio. Llegué sólo hasta cuarto básico. Ahora quiero que mis tres hijos estén orgullosos de mí y que no se avergüencen porque no sé escribir bien. Que si me dicen: mamá, ayúdame con esta tarea, no quede como tonta y lo pueda hacer".
Venusterio
La Sección Femenina de la cárcel El Manzano, es uno de los pocos recintos penitenciarios del país que todavía no cuenta con venusterio.
No obstante, ya se tiene un proyecto en ejecución, que se estima esté disponible para finales de abril. "Está pensado para imputadas y condenadas, garantizando la orientación sexual de todas. Si tenemos parejas homosexuales al interior, cumpliendo con los requisitos, podrán optar a este encuentro una vez al mes como dice el reglamento. Lo mismo pasará con las reclusas que tengan sus parejas al exterior o en otros recintos penales", comenta la mayor Pincheira.
En este contexto, la jefa (s) de unidad femenina, explica que "está comprobado que a través de las visitas íntimas se disminuyen los niveles de agresividad, ya que es una necesidad del ser humano, y así también, ayudamos a que sigan las relaciones de pareja".
Gendarmes
La tarea de generar orden y seguridad dentro de un recinto penitenciario no es nada fácil, menos para las 50 funcionarias que trabajan en la unidad femenina de la cárcel El Manzano. "Es más complicado trabajar con mujeres porque hay quiebres emocionales y eso provoca muchas veces conflicto al interior del penal. Por ejemplo, notificar a una interna que su hijo murió o que fue trasladado a un centro de menores, porque ningún pariente se quiso hacer cargo de ellos, es complicado", explica la mayor Vivian Pincheira.
"En lo positivo, son mucho más trabajadoras que los hombres, siempre quieren generar recursos para sus hijos que están fuera y son más fáciles de integrarlas a los talleres y actividades, porque sueñan un poco que están en otro lugar, lejos de la cárcel", añade.
- ¿Es cansadora la pega?
"Sí, igual que muchas otras... La verdad es que la mayoría trata de hacer su trabajo lo mejor posible y con la mayor disposición para que todo salga bien durante la jornada".
"Es muy difícil agachar el moño en la cárcel"
Magdalena Fuentes,, interna"
"Es más complicado trabajar con mujeres"
mayor, Vivian Pincheira"
50 son las funcionarias de Gendarmería que trabajan en la sección femenina en El Manzano.
3 módulos existen en la unidad de mujeres. Uno es el de Maternidad.
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