Niño Cohete apaga sus turbinas en el mismo lugar en donde despegó
Cuatro de sus cinco miembros hablan de las sensaciones del fin de la banda que marcó un estilo en la región y el país.
Según la RAE, cohete tiene varias acepciones. Dos de ellas pueden ejemplificar perfectamente a la banda penquista Niño Cohete: "Artefacto que se mueve en el espacio por propulsión a chorro" y "Fuego de artificio". En ambas se refleja su historia, como un grupo que se movió a toda velocidad con su música, ganándose un lugar importante en la movida local, nacional y también internacional. Mientras que en la segunda, tal como un fuego artificial, tras brillar, de golpe se apagaron.
Esta noche ponen el punto final con un concierto en Sala Dos, la misma donde tocaron por primera vez. Pero antes, cuatro de sus cinco integrantes, Matías Pereira (guitarra), Camilo Benavente (bajo), Cristian Dippel (teclados) y Joaquín Cárcamo (batería) hablaron de la sensación que les deja el fin, tras la salida del vocalista, Pablo Álvarez.
Cierre para siempre
Matías Pereira es uno de los músicos fundadores de la banda que partió hace siete años. Confiesa que aún está triste, pero está más asumido. Ve este término como una oportunidad.
"Terminar con un show como el que hicimos en Santiago con un Teatro La Cúpula lleno. Y en Conce, donde las entradas se agotaron a los tres días. Eso me hizo partir contento, porque lo que hicimos le llegó a mucha gente. Es bacán darte cuenta que terminaste en un momento bacán", dice, al tiempo que reconoce el legado que dejó la banda en la zona. "Hay harta música que posiblemente se haya inspirado en la nuestra y creo que todavía somos los representantes de Conce en la música actual".
Es por ello que la sensación que le deja el haber sido parte de la banda es de pura satisfacción. Sabe que lograron lo que muchos músicos buscan y que les cuesta. "Lo que logramos fue súper grande y lo veo como uno de los logros más grandes de mi vida. Me deja satisfecho haber hecho esto".
Presentaciones en REC, Lollapalooza Chile, Primavera Fauna en Santiago de Chile, L.I.M.A. en Perú, Hermoso Ruido en Colombia y SXSW en Austin, Texas, respaldan lo que dice, más los dos LP lanzados, "Aves de Chile" y la "Era del Sur", donde los sones rockeros, folks y el toque "encantado" de sus acordes y letras dejaron una huella entre sus seguidores.
A pesar de los éxitos, Matías es tajante para descartar un regreso. "No es posible seguir Niño Cohete sin el vocalista. En algún momento lo analizamos, pero preferimos dejarlo así como estaba y concentrarnos en hacer otra cosa. Lo vemos como una oportunidad de hacer algo distinto en la música. ¿Volver? No, tampoco es una opción. Está descartado totalmente. No es un show el fin de la banda, es verdad. No es un stand by. Es fuerte, ninguna banda parte pensando en terminar. Fue mucho esfuerzo, muchísimo".
Experiencia
"Estamos tranquilos con este show final. Siento que se termina de cerrar una etapa súper importante y ahora estamos en una etapa de conciliación", señala Joaquín Cárcamo, baterista y uno de los fundadores de Niño Cohete y como tal, tras la separación, concuerda que nunca pensó que se iba a terminar. Para él, fue un proyecto de vida. Es por ello que ser parte de la banda, dice, "era la mejor historia que pueda tener, viví todos los procesos como los inicios, la cantidad de gente que nos iba a ver a los conciertos, la gente que apostaba por nosotros, el cariño de los fans es súper importante. Es una etapa súper linda que se agradece mucho, aprendimos mucho siempre y lo pasamos bien".
Está triste, pero sabe que en este concierto final, la emoción lo llenará. "Será de reconciliación. Lo peor ya pasó y la idea es que ahora sea una fiesta", comenta, al tiempo que espera que aquellos seguidores no los olviden.
"Esperamos que sigan escuchando las canciones que quedan. Por lo menos estamos tranquilos porque dejamos algo, como los discos, el videojuego, recitales, presentaciones. Incluso nuestra despedida fue un hito", añade.
Para el tecladista Cristian Dippel enfrentarse al último concierto es para él una oportunidad de conocer más y no una simple despedida. "Hemos tenido el proceso de terminar hace un tiempo pero lo entretenido es compartir con la gente a modo de concierto. Por eso para nosotros nos vamos con todo este sábado", indica.
Para él, el grupo nunca tuvo un momento bajo. Al contrario, "siempre tuvimos esa energía de que estaba funcionando". "Lo bacán es quedarse con el recuerdo de que siempre fue algo positivo para nosotros".
Camilo Benavente fue el último en integrarse al grupo, pero no sólo en el bajo, sino que también en la gráfica: hizo el afiche final. Para él, haber llegado a Niño Cohete fue una experiencia enriquecedora y única. Mientras que el show final es un proceso de la vida. "Son cosas que pueden pasar. Hay que estar preparados y yo aproveché todos los momentos. Obviamente hay un proceso de tristeza, de duelo, que es lo normal. Se acaba un ciclo, pero se vienen nuevas cosas".
Los cuatro integrantes hoy derriban al Niño Cohete, pero no descartan comenzar un nuevo proyecto musical.
"¿Volver? No, tampoco es una opción"
Matías Pereira,, guitarrista"
"Se acaba un ciclo, pero se vienen nuevas cosas
Camilo Benavente,, bajista"
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