Doce lactantes viven junto a sus mamás en cárceles de la región
El caso de Lorenza Cayuhan es uno de los más conocidos en el país y demuestra el drama de los hijos que están en prisión con sus madres.
En cada visita, los familiares de Lorenza Cayuhan no sólo concurren a la cárcel de Arauco para verla a ella, sino que también para estar junto a su pequeña hija, la cual nació hace ocho meses en el Sanatorio Alemán de Concepción. Este parto, como se recordará, causó revuelo a nivel nacional porque la madre, según denunció la familia, dio a luz mientras se hallaba engrillada, versión rechazada por Gendarmería.
"Si hubiera un patio donde ella se pudiera desenvolver para jugar como un niño mapuche y como cualquier niño en general, sería mejor", afirmó José Cayuhan, hermano de la mujer, quien, sin embargo, aclaró que la niña está bien de salud e incluso ha recibido las últimas atenciones al interior del recinto, como una forma de prevenir el contagio de enfermedades invernales.
"Nunca la cárcel es buena para un niño, pero ella (Lorenza) se siente cómoda y Gendarmería se ha portado a la altura de la situación. A pesar de ello, como familia, esperamos que se conceda otro tipo de pena o de cumplimiento alternativo", apuntó.
La hija de Lorenza es una de los doce lactantes que acompañan a sus madres en recintos penales en la Región del Bío Bío, de acuerdo a estadísticas de Gendarmería obtenidas mediante Ley de Transparencia. Además se señala que son cuatro los recintos penitenciarios en los que hay menores junto a sus madres. A nivel nacional, son 124 los lactantes que están viviendo en cárceles en el país.
Dentro de la región hay también tres madres embarazadas que están recluida en la Unidad Femenina del Complejo Penitenciario "El Manzano".
Los menores pueden estar, según se puede leer en un manual de Gendarmería, hasta los dos años de edad junto a sus progenitoras, lo cual podría ser extendido de acuerdo a casos particulares.
Al ser consultados por La Estrella acerca de estos temas, Gendarmería Regional declinó entregar una versión.
Críticas
Desde 2012, todos los recintos penales del país reciben a observadores del Instituto Nacional de Derechos Humanos, que verifican estándares y entregan recomendaciones a Gendarmería, según explicó a La Estrella la jefa regional del organismo, Carolina Chang. Aunque de acuerdo a la directora los penales no son comparables, debido a las distintas características y antigüedades que tienen, sí es posible afirmar que "hay algunos que están en más bajas condiciones que otros".
Chang agregó que las "Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos", resguardan la Protección y Promoción de los Derechos Humanos de los niños y sus madres en las cárceles.
"Las mujeres forman un grupo vulnerable dentro de la población penal, causando su reclusión un mayor impacto en su grupo familiar y especialmente en los hijos menores", se puede leer al inicio del Capítulo 4 del manual, donde se detalla que respecto de "mujeres con hijos dentro de la Unidad Penal, debe prevalecer el interés superior por el niño(a). Además, cuando éstos se encuentren con sus madres, jamás serán tratados como reclusos y, el lugar físico donde se les ubique, será apartado del resto de la población penal".
Una de las instituciones que trabaja con las mamás y niños que están juntos en la prisión, es la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji). El organismo desarrolla encuentros educativos en los centros penitenciarios de Concepción, Chillán y Arauco, además del Centro de Estudio y Trabajo de Punta de Parra (Tomé).
En este sentido, la directora de Junji Bío Bío, Andrea Saldaña, dijo a La Estrella que "el objetivo central es beneficiar a los niños y niñas, hijos de mujeres privadas de libertad, que están sin acceso a educación parvularia, por lo que el desarrollo de la modalidad educativa, contribuye a mejorar el desarrollo físico, psíquico y social de los niños y niñas, a través de la capacitación de sus madres".
La directora de Junji explicó que las metodologías que se emplean en los centros de estimulación dispuestos por Gendarmería, son distintas en atención al entorno y, aunque se trabaja en el desarrollo y estimulación de los niños, el foco es desarrollar el rol protagónico de las madres. "Ellas reflexionan sobre su propia infancia, su historia y descubren lo que no quieren repetir con sus hijos", detalló.
Pese a todas las dificultades del caso, José Cayuhan se muestra satisfecho con los avances de su sobrina en el penal de Arauco. "Es una niña fuerte, con buena salud y su desarrollo sicomotor va bien. Para nosotros es una alegría ir a verla allá".
"Junji quiere llegar a la vida de todos los niños y niñas, independiente de la condición de sus padres"
Andrea Saldaña, directora Junji"
3 mamás embarazadas son las que están en la cárcel El Manzano de Concepción.
124 lactantes viven con madres recluida en distintas cárceles de todo el país.