Manuel Muñoz González
Once días han pasado desde el inicio de la Copa Confederaciones, donde la marea penquista se ha hecho sentir en cada lugar donde ha jugado Chile. Y aún quedan 5 días de copa, donde el equipo nacional podría estirar la fiesta, en caso de llegar a la final de este domingo.
Dos semanas en que los penquistas que viajaron a Rusia se las han ingeniado para que el presupuesto alcance, y aprovechar de tener un "buen pasar" por las urbes de dicho país.
"Hay personas que compraron paquetes y los llevan a todos lados, hasta con traductor. Pero hay muchos como yo, que andamos casi a la vida", comentó Luis Paz, de Coronel, quien anda sólo con su mochila y sus ganas de alentar a la Roja.
"Acá sólo hablan ruso, poco inglés, cuesta hacerse entender, creo que deberían tener más voluntarios que hablen inglés, lo que deberían mejorar para el mundial", opina.
Coincide en ello Leonardo Sánchez, de Santa Sabina, quien maneja el idioma (es casado con una rusa) y se puede mover sin dramas. "Entiendo bastante el idioma y puedo leer el cirílico, pero no como le ocurre a otros chilenos, que seguro les debe costar moverse por la ciudad", apunta quien tampoco gasta en alojamiento, ya que fue invitado por un par de amigos rusos.
Visión distinta es la de Yoel Torres, quien anda de luna de miel con su esposa, quien afirma que "en nuestro caso no ha sido difícil comunicarse, la gente no habla inglés, pero tienen muy buena disposición a que te indiquen cosas, uno usa el traductor del teléfono, la tecnología ha ayudado", afirma, sorprendido de la hospitalidad del ruso.
Y para alimentarse tampoco han tenido dramas. "Hay restoranes de todo. Acá, como en toda Europa se come mucho el pan baguette. Por poca plata te vas por lo más rápido, un baguette con jamón, lechuga y tomate y una bebida".
Metro y alojamiento
En el tema transporte, en lo que más se mueven los penquistas es en el metro, aunque acá complica que las estaciones están sólo anotadas en cirílico. "Son 14 líneas, no como en Santiago que son sólo cinco, y está todo en cirílico, entonces uno como que desarrolla el instinto de sobrevivencia y se las ingenia para entender", apunta Luis.
"En Moscú el metro cuesta unos 400 pesos chilenos, y te mueven rápido por toda la ciudad, es espectacular la red, en el transporte no hay tacos", añade Francisco Pizarro, otro penquista que se mueve en Rusia por estos días.
Mientras que para pasar la noche, tampoco se gasta mucho. "Alojar en hostal sale 5 a 7 euros, y en el día te puedes 'echar' 10 lucas si andas bien", cuenta Pizarro.
Caso aparte es el de Luis Paz, quien se hizo amigo de una familia en Moscú y le dieron alojamiento.
"shawarma"
Para comer, tampoco ha sido drama, siendo el Mcdonalds o Burger King lo más salvador para pasar el bajón. "Hay que hacerlas casi de mimo para que te entiendan eso sí", apunta Luis Paz, revelando de nuevo el problema con el idioma. "Igual acá en Moscú he encontrado algunas picadas donde pido arroz, fideos y un pedazo de pollo", bromea. Mientras que otro tips salvador es el llamado "shawarma". "Es una tortilla gigante con alguna carne, más repollo, cebolla, pepinillos, tomate y salsas. Es muy común en Rusia y se puede comprar en los Fast Food en las calles o supermercados", pasa el dato Francisco Pizarro, afirmando que dicha contundente masa no cuesta más de 1.500 pesos chilenos para quedar "pochito".
manuel.munoz@estrellaconce.cl