Acostarse 30 minutos antes puede ayudarlo con el cambio de hora
Apagar la tele antes, comer liviano de noche y evitar salir a correr de noche, pueden ayudarlo a acostumbrarse más rápido al horario de verano y no lamentar tanto salir a trabajar o estudiar cuando todavía está oscuro.
Cuando termine este sábado, habrá que adelantar los relojes una hora, puesto que se retomará el horario de verano. Este cambio traerá consigo amaneceres y atardeceres más tardíos, pero también significará que muchos tendrán que levantarse cuando todavía sea de noche, para así llegar a sus casas con más luz.
Hay quienes piensan que esto alterará significativamente la rutina diaria de quienes viven en Chile. Sin embargo, la neuróloga de Clínica Dávila, Evelyn Benavides, afirma que "en la mayoría de la gente sana, un cambio de más o menos una hora no trae ninguna complicación".
Advierte, sin embargo, que los niños en edad escolar, los adultos mayores y las personas que tienen desde antes alguna enfermedad del sueño, sí podrían verse afectadas.
Adaptación rápida
De acuerdo a la especialista, puede que las personas de estos grupos estén más somnolientas durante el día y, principalmente, por las mañanas.
"Les va a costar un poco más adecuarse al horario, hay gente que va a tomar desayuno más tarde y va a empezar a funcionar un poco más tarde, hasta que logre adecuarse".
Mientras, Catalina Valenzuela, directora de la Escuela de Psicología de Universidad de Las Américas-UDLA, destaca que "el huso horario al que vamos a entrar es el más beneficioso para nuestro organismo, de manera que debiésemos adaptarnos con mayor rapidez que al huso horario anterior".
Añade que, en caso de experimentar molestias como somnolencia, irritabilidad, problemas en la concentración o atención, los síntomas no debieran sentirse por más de 10 días.
Sobre el período promedio que las personas suelen tardar en acostumbrarse a este cambio, Benavides dice que son dos o tres días, pero que en los niños pueden demorar, incluso, una o dos semanas, sobre todo porque entrarán a clases cuando esté oscuro.
Rodrigo Brito, psicólogo y académico de la U. Mayor, advierte que, en el caso de los niños, "es importante no quedar con el horario corrido. No por tener una hora de luz, deben dormir una hora más tarde".
Dormirse antes
Para mitigar los efectos del cambio de horario, Benavides recomienda -a los grupos que pueden verse más afectados, empezar a acostarse media hora antes de lo habitual, días antes de la modificación.
Esto, dice, se debe complementar con una "higiene del sueño" adecuada. Es decir, cumplir con hábitos saludables.
Al respecto, Valenzuela aconseja "asegurarse de que las condiciones para dormir sean las adecuadas, en un lugar que esté suficientemente temperado, ni muy frío ni muy cálido, que no exista mucho ruido ni mucha luminosidad y que nos aseguremos de dormir ocho horas continuas".
Otra recomendación de la especialista es "mantener horas similares para ir a acostarse y levantarse cada día, ya que así el cerebro sabrá cómo ir ajustando sus procesos para prepararse para el sueño".
"En la mayoría de la gente sana, un cambio de más o menos una hora no trae ninguna complicación"
Evelyn Benavides,, neuróloga de Clínica Dávila"