Bajo la lluvia gendarmes dieron último adiós a su colega canino
Trabajadores del Centro Especial de Adiestramiento Canino le dieron sepultura a Keisy. Encargado relata la labor que realizan con los perros.
Exter, Evan, Brandon, entre otros, están de luto. En una tristísima jornada, los canes que colaboran palmo a palmo con Gendarmería en El Manzano de Concepción, despidieron a su querida colega Keisy, una perrita que trabajaba pesquisando drogas en la unidad penal. Con la presencia de varios uniformados del Centro Especial de Adiestramiento Canino (Ceac), el capellán regional evangélico de Gendarmería, Josué Tardón, y la atenta mirada de sus compañeros canes, se realizó la emotiva ceremonia para despedir a Keisy.
La perrita, que era una de las más cercanas a la gente, según describen en el Ceac, dedicó sus siete años de vida al trabajo con Gendarmería. "La ejemplar sufrió una torsión del bulbo gástrico, que en palabras simples es que su estómago se giró en 360º, de tal manera que hubo una obstrucción hacia el intestino delgado, el recto y también hacia adelante. Al final tuvo un paro cardiorespiratorio múltiple", lamenta el suboficial mayor, encargado del Ceac penquista, Pedro Zavala.
Relacion cercana
La muerte de Keisy deja al desnudo la intensa relación que llegan a tener los gendarmes guías con sus canes. "Uno ve a los perros como un compañero más, si estamos casi todo el día con ellos. Además, ella (Keisy) era una de las más amigables, alegre, siempre estaba con disposición para trabajar", describe el subcabo primero Carlos Cartes. Tal es la conmoción en El Manzano, que el gendarme guía de la perra fallecida no quiso dar testimonios.
"A Keisy la donó una familia que no se podía hacer cargo de ella, a sus 9 meses de vida aproximadamente", cuenta el suboficial Pedro Zavala, que recuerda con claridad las hazañas que la perrita realizó cumpliendo sus labores.
"Había hecho varios decomisos, uno de los más recordados fue uno que realizó en un palo de escobillón. Los reos cortaron el palo, pusieron drogas en su interior, y Keisy fue quien detectó los estupefacientes", detalla.
"En otra oportunidad, los reclusos ahuecaron un palo de 3x3 metros, ingresaron drogas, pastillas, celulares, y chips e intentaron pasarlo por la encomienda", añade. Claramente, los reos tampoco tuvieron éxito aquella vez, gracias al oportuno olfato de Keisy.
labores caninas
En el Centro Especial de Adiestramiento Canino del penal El Manzano hay una dotación de 15 perros que ayudan a realizar el trabajo de Gendarmería. "Cuatro son para la búsqueda de estupefacientes y los otros son para vigilancia y otras labores", explica el suboficial Zavala.
Las razas de los animales que viven en la unidad canina son seleccionadas según su función. "Tenemos rottweilers, pastores alemanes, belgas, labradores y una golden retriever, que era Keisy", cuenta.
Los rottweiler y pastores tanto alemanes como belgas, tienen la función de vigilancia y seguridad, mientras que los perros de otras razas están para la búsqueda de drogas.
Además, los canes están constantemente en actividades con la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo (Subdere) haciendo actividades para promover la tenencia responsable de mascotas, y con el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda) haciendo muestras.
"Los perros están cerca de ocho meses desde su llegada hasta que empiezan a trabajar con nosotros", especifica Zavala, que además de ser encargado de la unidad canina, es técnico veterinario. Esos ocho meses de preparación no son en la misma edad, pues dependen de la edad de los perros. "Algunos son donados, otros de crianza, y a veces también los compran", asegura el suboficial.
-¿Qué debe hacer una familia si quiere donar algún ejemplar?
"Pueden entregar los perros atendiendo a las razas que nosotros necesitamos. Se hace una evaluación por características y temperamento, para que así sean un real aporte en la unidad. Esto porque a veces los perros, independiente de las razas, no están capacitados para trabajar con nosotros, pero sí para ser mascotas domésticas".
Pese a que en el Centro Especial de Adiestramiento Canino aún viven el luto, ya están expectantes por recibir a nuevos ejemplares para que suplan la ausencia de Keisy. "La próxima semana deberían llegar tres cachorros", explica el suboficial Zavala. En la unidad, esperan que estos cubran tanto las funciones de Keisy, como el vacío emocional que dejó la perrita.
"Ella (Keisy) era una de las más amigables, alegre, siempre con disposición para trabajar"
subcabo Carlos Cartes,, gendarme del Ceac."
"Los perros están cerca de ocho meses desde su llegada hasta que empiezan a trabajar"
suboficial mayor Pedro Zavala,, encargado del Ceac."