Con el cultivo del choro zapato buscan levantar la caleta Llico
Con el esfuerzo de lugareños y la ayuda de la Cidere Bíobío, el sector costero de Arauco pretende volver a ser un polo turístico y gastronómico luego de quedar devastado por el tsunami del 2010.
"Después del tsunami acá no quedó nada, todo destruido. El mar se llevó todo", recuerda Enrique Salas, pescador de 60 años que ha dedicado toda su vida al mar.
Sin embargo, a más de siete años de la catástrofe, los trabajadores locales siguen dando la lucha para levantarse. Es así como Salas recibió el patrocinio de la Corporación Industrial para el Desarrollo Regional (Cidere Biobío) en un proyecto piloto de producción de choro zapato para su comercialización en el mercado gastronómico local y la obtención de semillas para su reproducción
"Hasta el 2010 había cultivo de ostiones y choro zapato en Llico, y estábamos trabajando con el mismo Enrique Salas, pero el tsunami terminó con ese cultivo", afirma el gerente de Cidere Biobío, Pedro Ramírez.
"En esta oportunidad se benefició a Enrique con semillas de choro zapato. Para él y su grupo familiar esta será una nueva fuente de ingreso, y para la Provincia de Arauco una oportunidad para diversificar la actividad en este rubro, en un sector que constituía el hábitat natural del choro zapato de gran tamaño, por lo que se propone repoblar en áreas de cultivo controladas", agrega Ramírez.
En tanto, el beneficiado está más que contento con la noticia, ya que va a tener una gran oportunidad para volver a comercializar el molusco. De hecho, Salas es una voz autorizada en la caleta Llico, ya que es uno de los fundadores del sindicato de pescadores.
"Ahora tenemos un restaurante con mi familia y estamos trabajando para abrir 'La Balsa', y así pueda venir la gente a hacer degustaciones", añade el dueño del restaurante Vista al Mar en la caleta araucana.
"Este proyecto impulsa a Enrique Salas a seguir con sus emprendimientos. Sus ganas y esfuerzo nos motivan a trabajar con él", asegura Pedro Ramírez.
Expandir ayuda
Sin embargo, en las caletas de la costa de Arauco hay más emprendedores, y bien lo saben en Cidere. "Estamos en la etapa de sembrar, pero queremos que la ayuda sea mucho mayor", afirma el gerente. "Queremos expandir la ayuda hacia otros pescadores y buzos mariscadores. Como ahí también está la caleta Tubul y Punta Lavapié, nos gustaría fomentar la actividad en todo el sector", enfatiza.
De hecho, estas son las primeras semillas que le entregarán a los araucanos, ya que el proyecto a largo plazo busca volver a posicionar el sector como un gran polo gastronómico. "Cuando me llamaron para ver lo de las semillas de choro zapato, me preguntaron qué era más urgente, que por ahora siguen siendo los ostiones", explica Enrique Salas.
"En los próximos días deberían llegar las semillas de ostiones desde Caldera, para incentivar el cultivo del molusco, y así empezar a trabajar en eso", compromete Ramírez.
"Yo creo que como en diciembre los choro zapatos van a estar listos para que los vengan a probar a la zona", invita Enrique Salas, quien está a la espera de las semillas de ostiones, otro clásico del lugar. "Esperamos tener todos los ostiones vendidos en abril del próximo año", se entusiasma el emprendedor.
Así, los lugareños de las caletas de Arauco esperan volver a esos días donde las calles se llenaban de turistas y se retiraban piropeando los platos. "Aquí estamos tirando para arriba, como siempre", dice el pescador, que trabaja día a día para levantar su querida caleta y alrededores.
"Con estos cultivos queremos que las caletas de la zona vuelvan a ser puntos turísticos y gastronómicos", afirma a su vez el gerente de Cidere .
Enrique Salas,, emprendedor de Llico."
"Yo creo que en diciembre los choro zapatos van a estar listos para que los vengan a probar""
2010 fue el año en que Llico se quedó sin cultivo de choro zapato y ostiones.
3 caletas esperan ser las beneficiadas por el programa de semillas de Cidere Biobío.