El "Coleccionista de Sonrisas" recorre el mundo con su cámara
Roberto Corona, junto a su inseparable muñeco de trapo, Robi, ha estado en Estados Unidos, Tanzania, Israel y Brasil, entre otros. Su objetivo es inmortalizar las sonrisas más bellas e increíbles del mundo con su cámara fotográfica.
Sus jeans están gastados y sus zapatos rotos. Una cámara fotográfica le cuelga al cuello y tiene una mochila en su espalda cargada de regalitos que le han dado en diversos lugares del mundo. Es Robi, el alter ego de Roberto Corona (35), conocido como embajador de la felicidad.
Robi tiene "el don" de traspasar buenas energías a quien lo abraza. Dicen que puede mejorar el día de cualquiera, porque está cargado de cariño y gratitud y si se aprieta fuerte, es posible, incluso, sentir los latidos de su corazón de muñeco.
La tierna representación en trapo de Roberto, se la regaló una de sus hermanas para que lo acompañara en sus viajes. Desde entonces, se mueve con él en su bolso de mano y ha estado en Estados Unidos, Tanzania, Israel, Brasil y otros países del orbe.
Pero ¿qué mueve a Corona y su muñeco a ir de un lado a otro? Su proyecto de vida es recolectar sonrisas e inmortalizalas a través de la fotografía. Así, Robi no está ausente en ninguna de las imágenes y representa toda la magia detrás de los sueños que persigue su dueño.
El antes y el después
La odisea de este hombre partió después de una pérdida. "Me dedicaba a la producción audiovisual y tenía un emprendimiento en el área de fotografía y video, generando registros para eventos. En el 2012, me entraron a robar y perdí lo que había construido en más de ocho años de trabajo", dijo.
Solo una cámara fotográfica le quedó. Y tuvo que replantearse la vida. "Sentía que había perdido tiempo para mí, para la familia y no estaba dispuesto a pasar por lo mismo. Quería recuperar mi vida y perseguir mis sueños".
Así, un día decidió partir a Nueva York en un viaje de reconocimiento personal. Ahí se dedicó en un principio, a fotografiar bodas bajo el concepto de amor sin fronteras. El proyecto funcionó en base a donaciones y con el pensamiento próspero de este hombre. "Era el momento de probar algo nuevo y volví a conectar con ese niño interno, que tiene capacidad de asombro", dijo.
Corona recordó que cuando se acercaba el tiempo de volver a Chile, caminando por Times Square en Nueva York, se encontró con un noruego que le pidió una moneda chilena para su colección. Entonces, tuvo una visión: Quería ser coleccionista también.
"Me conseguí papel y lápiz y escribí un cartel que decía 'Colecciono sonrisas'. Así partió todo. Cada nuevo retrato era una razón para seguir adelante con este proyecto, y descubrir en mi camino, que la clave de la felicidad está en la gratitud".
Definiendo felicidad
Para Roberto la gratitud comienza con una sonrisa. "Cuando somos capaces de vivir el día a día con una actitud más positiva, encontramos en nuestro ser una fuente infinita de amor, paz y felicidad, que crece cada vez que la compartimos", explicó.
Esta manera de ver la vida es la que ha compartido con cientos de personas en el mundo, no solo a través de su proyecto Collectings Smiles (Recolectando sonrisas)- el que puede verse en redes sociales y página web- , sino también, mediante las charlas que dicta. "Vivimos enfocándonos en lo que nos falta, en lo que nos molesta, por eso no tenemos tiempo para notar lo que nos produce una emoción positiva. Cuando uno habla de felicidad parece que fuera algo abstracto y no es así... La felicidad es mucho más simple de lo que se piensa y aunque existan momentos complejos, hay que tener la convicción de que todo va a pasar y que el mundo está lleno de cosas buenas", sentenció.
"Hay que tener la convicción de que todo va a pasar y que el mundo está lleno de cosas buenas".
Roberto Corona,, embajador de la felicidad."
"Cuando uno habla de felicidad parece que fuera algo abstracto y no es así... Es mucho más simple de lo que se piensa"
Roberto Corona"