El ballet de Violeta que compuso en Conce y no llegó al escenario
En enero de 1960, la destacada folclorista nacional le concedió una entrevista a la Radio de la Universidad de Concepción. En la oportunidad habló, con entusiasmo, de un proyecto que, lamentablemente, no se concretó.
Corría un tibio día de enero de 1960, cuando, a través de las señales de la Radio de la Universidad de Concepción, que en ese tiempo estaba instalada en el cuarto piso de la Facultad de Química y Farmacia, se emitía una entrevista a la gran Violeta Parra. El primer director de la emisora, Mario Céspedes Gutiérrez (1921-2007), era el encargado de dialogar con la artista que entregaba detalles inéditos de un proyecto en el que se encontraba trabajando en nuestra ciudad.
El actual director de la Radio UdeC, profesor Juan Aeschlimann del Solar, facilitó a La Estrella el audio de esta entrevista, la cual hoy, día en que se conmemoran los cien años de su nacimiento, es considerada un documento histórico. A continuación, una transcripción, editada, de aquella conversación efectuada en un hotel penquista.
Mario Céspedes Gutiérrez (MCG): (Usted) ha compuesto últimamente lo que podemos llamar música culta. Es decir, ha escrito música para ballet y en estos instantes está entregada a esta creación a través de un ballet que se titula El Gavilán, que representa, como dice la misma Violeta, la lucha entre el bien y el mal, entre el poder y la debilidad (...). Pero lo curioso de este ballet es que todos sus elementos están tomados desde el folclor y desde las costumbres de Chile. Tanto los elementos literarios como musicales.
Violeta Parra (VP): "Efectivamente, los bailes están tomados de lo que conozco en el Norte, en el sur y en el centro. El tema de fondo es el amor. El amor que destruye, casi siempre, porque no siempre construye. El gavilán representa al hombre, que es el personaje masculino y el principal del ballet. La gallina representa a la mujer y que es personaje también de primer orden, pero es el personaje sufrido, el que resiente todas las consecuencias de este gavilán con malos sentimientos, que también vendría siendo el poder codicioso del capitalismo, el poderoso. Ahora este ballet es de tres partes. Primero, la mujer se enamora del gavilán, pensando que era una flor que había en el jardín de espinas. Para engañar, (el gavilán) transforma su cuerpo como si fuera un clavel. Entonces la mujer se enamora de este clavel, atraviesa los espinales y sufre las consecuencias. (En) la segunda parte aparece un tercer personaje, que es la gallina vieja y que reconmina a la gallina joven diciéndole que no es un clavel ni un buen gavilán, sino que es el mal. Ten cuidado con él, le dice. La gallina, como toda mujer enamorada no encuentra razones. Pero ¿quién encuentra razones en el amor?. Después se va a llorar su pena y su porfía adentro de un gallinero. (Allí) aparecen los otros personajes que son patos, pavos, gallinetas y todos estos son testigos de la pena de la gallina. En la tercera parte tenemos una montaña y aquí intervienen los elementos junto con los personajes principales. La lluvia, el viento, el trueno y el relámpago, entonces, la gallina (va) cuesta arriba a la siga, a la conquista del gavilán, que está en lo alto de la montaña y los elementos que obstaculizan la subida de esta gallina. La lluvia la moja, el viento la dispara y el gavilán que está arriba es malévolo. Consigue subir, pero el gavilán como que la ve mal, la destroza totalmente. Los elementos se encargan de darle el punto final".
MCG: En la parte musical. ¿Deben intervenir, como instrumentos principalísimos, las guitarras y las arpas?
VP: "Las guitarras, las arpas, los tambores y las trutrucas".
MCG: ¿Estos, secundados, digamos, por una masa orquestal?
VP: "Desde luego, la sinfónica. Y van a haber voces. Este canto tiene que ser interpretado por mí misma, porque el dolor no puede estar cantado por una voz académica, de conservatorio. Tiene que ser una voz sufrida, como lo es la mía, que lleva cuarenta años sufriendo. Hay que hacerlo lo más real posible. Entonces voy a tener que cantarlo yo. Espero que mi garganta esté en condiciones, pero afirmada, secundada por coros".
MCG: Violeta, ¿la garganta está en condiciones ahora para anticiparnos una primicia del ballet?
VP: "Creo que te puedo cantar la primera parte, la cual se refiere al romance entre ellos.
(Entrada de guitarra)
Mi vida, yo te qui, yo te quise, veleidoso (2).
Mi vida, creyendo, creyéndose, lisonjero (2).
Mi vida, se me par, se me parte el corazón.
Mi vida del verte, del verte tan embustero.
Mi vida yo te qui, yo te quise, yo te quisesí ay, ay ay sí ay ay ay.
Mi vida, mi vida, yo te quise, mi vida, mi vida, yo te quiseveleido, veleido, veleidoso,veleido, veleido, veleidoso (2).
Te la llevarís, te la llevarís, mentirosote la llevarís, te la llevarís, pretencioso te la llevarís, te la llevarís, fastidioso, te la llevarís, te la llevarís, mentiroso prenda del alma, sí ay ay ay prenda del alma sí ay ay ay (2).
Tiqui tiqui ti, mentiroso, tiqui tiqui ti, mentiroso, mi vida creyéndose lisonjero, mi vida del verte tan embustero, sí ay ay aysí ay ay ay, mi vida, mi vida, yo te quise veleido veleido veleidoso".
(Canción "El Gavilán" disponible en Youtube).
MCG: Muy bien Violeta. En una primicia para Radio Universidad de Concepción, Violeta Parra interpretó El Gavilán.
El director de Radio UdeC, Juan Aeschlimann del Solar, apuntó que dicho ballet no se llevó a cabo. Dicho antecedente fue corroborado a La Estrella por Katy González, productora del documental Violeta Parra en Concepción. Las razones no están del todo claras.
Investigadora
MCG: Violeta quisiera que usted se refiriera, brevemente, a su participación en esta instancia (Escuela de verano UdeC 1960).
VP: "Para mí es un gran honor participar en este ciclo. Venía muy asustada, porque no fuí a la escuela. Por ahora es tan poco lo que sé, que integrar este grupo tan valioso, clave para los conocimientos del hombre en Chile. Sin embargo me puse a trabajar y me ha salido (...) de esta forma. Tomé a los cantores populares para darles a conocer su alma, su pensamiento, tal como los he conocido, tal como los he oído hablar. Pero relatar esto para mí era un problema, era un rompecabezas. (Mediante esta investigación) La gente se puede dar una idea de éste, mi primer trabajo para este ciclo: Cantores a lo divino y a lo humano. Nicanor (Parra) también le pudo otro título que sería Los Maestros Cantores de Puente Alto. En mis andanzas, en búsqueda de la canción chilena, he conocido los más variados tipos de cantores populares. Empezamos por el Norte. En el antiguo pueblito de Salamanca (...). Me habían dicho que la Semana Santa era cosa interesante allí y efectivamente los salamanquinos celebran esta fiesta religiosa tal como se celebraba hace 170 años, con Judas quemado en la calle, con encapuchados, con niños disfrazados, con cantores al aire libre. Este sería el tono de la relatora en la charla. Ahora vamos a pasar a un cantor. (En esta parte de la entrevista, Violeta cambia un poco la voz e interpreta a su entrevistado) Yo me llamo Alberto Cruz, tengo 35 años y trabajo en peluquería, mi padre cantaba a los versos. Yo no. Cantores como mi paire ya no van quedando. Antes lo acompañaba a cantar, pero con la muerte de él y con la música moderna, la gente se dejó de cantar a lo divino. ¿Supongo que usted no habrá hecho lo mismo?, le dije. Si señora. Hace poco fui a Los Vilos y en la radio alguien estaba cantando unos versos sobre el fin del mundo, entonces dije yo. Pero si esos versos los cantaba mi paire, corrí para saber la noticia. ¡En la radio están cantando a lo divino!, les dije a todos. Desde entonces, que le estamos cantando a los angelitos otra vez. ¿Qué clase de versos cantan por aquí?, le dije. (...) Con este hombre sigo hablando 20 minutos más, entonces paso a hablar con Juan Leiva, de 85 años, cantor y tocador de Las Barrancas, Santiago. Es un anciano delgadísimo, erguido y huraño. No quiero hablar con nadie, me dijo. Cuando le pedí que me enseñara su canto me respondió. (Vuelve a cambiar un poco la voz) Yo juré no cantar más en mi vida, porque la muerte se llevó a mi nietecita regalona y la noche terrible que tuve que cantar pa' ella, la tengo en un nudo en el pecho y en la garganta. Juan Leiva rompió su juramento, cuando le dije que la Patria necesitaba de su canto. Por usté lo voy a hacer Violetita (...) Tomó la guitarra, la afinó y tocó los primeros acordes. La verdad es que Don Juan no pudo cantar. Tenía por su nieta un nudo en la garganta, como un gemido le salieron las primeras palabras.
MCG: En esto no solo está el amor a lo divino, sino que también el amor a lo humano (...) Violeta ha sido interesantísimo para nosotros tener esta conversación primigenia y al mismo tiempo exclusiva con la Radio Universidad de Concepción. Pero yo estaba pensando en algo. A través de su larga actuación en el folclor y sobre todo como intérprete de este folclor chileno cuáles son las composiciones que usted más quiere?
VP: "¿Las del folclor o las mías?"
MCG: Del folclor
VP: "Reconozco y amo, el canto a lo humano y a lo divino. Desde el punto de visto del texto literario y musical. Basta con conocer un verso a lo divino para conocer el espíritu fino, sabio y delicado del cantor chileno".
MCG: ¿Hay un verso a lo divino que recuerde usted con especial devoción y agrado?
MP: "Si, yo te puedo hablar de un recuerdo que también viene aquí en esta charla, de un cantor que hace años me encontré cerca de Puente Alto. Me dijo, Violetita yo no quiero ser el único que no le va a cantar. Entonces estaba tan entusiasmado con la máquina grabadora y la fiesta que teníamos, que hizo lo posible y cantó, pero lo hizo tan desafinado, tan desafinado que daba una risa y una pena, pero él seguía cantando. Más tarde me dijo Violetita, voy a relatarle un verso. Dije yo, aquí se va a componer la cosa pero este hombre se arregló en su asiento, inclinó la cabeza y totalmente con la nariz, con la voz gangosa y gutural, don Agustín Rebolledo entregó el verso más querido para mí. Es sobre las Sagradas Escrituras".
"Tomé a los cantores populares para darles a conocer su alma, su pensamiento, tal como los he conocido, tal como los he oído hablar".
Violeta Parra,, en entrevista a Rado UdeC."
"Este canto tiene que ser interpretado por mí misma, porque el dolor no puede estar cantado por una voz académica, de conservatorio. Tiene que ser una voz sufrida, como lo es la mía".
Violeta Parra,, en entrevista a Rado UdeC."
49 años de edad tenía Violeta Parra al momento de su muerte el 5 de febrero de 1967.