Las mueblerías familiares que se lucen en la ruta
Historias de esfuerzo, dedicación y talento se escriben a diario en los establecimientos que están ubicados a un costado de la carretera entre Concepción y Penco.
Mostrando una gran cantidad de muebles, que varían entre camas, esquineras, mesas de comedor, estantes y sillas, Juan Andrés Pardo relata cómo su negocio se ha convertido en una fábrica familiar, pues sus dos hijos aprendieron a trabajar con este noble material y actualmente se encargan junto a él de llevar adelante una de las varias mueblerías que se encuentran ubicadas en el camino a Penco.
"Soy oriundo de Chimbarongo y como muchos de mis coterráneos, trabajaba con mimbre. Era la tradición que traía desde mi pueblo. Hace veinte años empecé a trabajar con la madera, aprendí con un vecino que trajo muebles de madera chilena y comencé a tomarle ritmo a la creación. Y formé, con mucho sacrificio, mi propia empresa. Les enseñé el oficio a mis hijos y comenzamos a ofrecer todos los productos que ahora tenemos, que van desde comedores, veladores, camas, esquineras, arrimos y cavas, entre muchos más", agrega.
"La madera que usamos en todos nuestros muebles es nativa. Trabajamos con materia prima chilena, usamos raulí, y aparte no reciclamos las maderas, son productos cien por ciento garantizados y de calidad. Acá trabajamos a pedido del cliente, con las especificaciones y colores que pidan y también tenemos una amplia variedad en nuestra sala de exposición, en la cual los compradores pueden encontrar sillas, pisos, estantes y pisos-bar de todas las formas, tamaños y colores", sostiene
Familia de artesanos
La creación de muebles de madera no es cosa sólo de hombres. Pamela Alarcón y su hija mayor, Jocelyn Toro, han aprendido de este negocio. "Me encargo de limar las piezas, barnizarlas y mi hija se dedica a hacer juguetes de madera, como caballitos, camiones, autos y pequeños escobillones", comenta Pamela, quien es dueña de una mueblería junto a su esposo Juan Toro.
"Llevo once años en el negocio de la madera. Mi esposo lleva más de 25 años en lo que es mueblería, y mi hija aprendió de nosotros. Éste es nuestro negocio familiar. Aquí todos proponemos ideas, las llevamos adelante y hacemos diversos tipos de muebles como encimeras, mesas, camas, modulares, veladores y, como es nuestro negocio, eso hace que nos esforcemos cada día más", manifiesta.
"Usamos tres tipos de maderas nativas: pino oregón, raulí y castaño, además de ciprés cuando el cliente lo desea", añade.
"No usamos madera reciclada, nuestros productos son de altísima calidad, generalmente trabajamos a pedido y también disponemos de lo que tenemos acá expuesto. Tenemos todo lo necesario para equipar una casa", agrega.
Pamela Alarcón sostiene que hay veces que acuden clientes buscando una cama o una mesa con sus hijos y terminan encargando un autito o un camioncito. "A los niños les llaman mucho la atención los juguetes de madera o alguna mesa o peinadora para pieza de niñas. Muchos los encargan con algún dibujo", explica.
"Ahora estamos haciendo unas camas especiales para niños. Han venido ya varios clientes y nos cuentan que los niños ya no quieren camas de una plaza, quieren una cama más grande, entonces, la tradicional cama individual se está quedando atrás y nosotros estamos fabricando unas camas que llevan unas medidas de un metro 36 por dos metros de largo, para la mayor comodidad de los chiquillos", agrega la experta.
"Aquí todos proponemos ideas, las llevamos adelante y hacemos diversos tipos de muebles"
Pamela Alarcón,, mueblista pencona"