Fieles: "La caminata y el cansancio no importan"
Alfonso Levet G. - Enviado especial a Temuco
Una caminata de hasta seis kilómetros debieron completar los miles de peregrinos que anoche llegaron hasta la puerta de acceso del lugar de la misa con el Papa, en el aeródromo Maquehue de Temuco.
Aunque algunos buses tuvieron la fortuna de avanzar hasta pocos metros del acceso, a medida que cayó la noche, las restricciones de seguridad tomadas tanto por la organización como por Carabineros hicieron que los peregrinos caminaran incluso desde el puente Cautín hasta el aeródromo, por un camino de pavimento antiguo, muchas veces sobre piedrilla suelta y, al final del tramo, sobre ripio.
Sin embargo, la difíciles condiciones de acceso no mermaron el ánimo de los fieles que, pasadas las 23.00 horas, ya se agolpaban frente a la puerta correspondiente, esperando la autorización de acceso.
Agua y cocaví
En el camino, gran cantidad de vendedores ofrecía sandwiches, dulces y, lo más requerido, agua. Y es que nadie quería tener que caminar nuevamente hacia afuera del recinto. Banderas, calendarios, chapitas también fueron parte de la oferta de los comerciantes. Voluntarios de Radio María regalaban banderas con una imagen del Papa.
"Vamos a fortalecer de buena forma nuestra fe porque vamos a tener a Pedro presente", dijo Rodrigo Carrasco, quien llegó junto a fieles de la parroquia San José de Arauco. "Hemos sido guiados en este viaje (...) el sacrificio de la caminata se obvia totalmente".
Betsabé Moraga, quien llegó con el mismo grupo de feligreses, aseguró que "la caminata y el cansancio no importan porque Dios merece eso y mucho más, pero nos tomamos la caminata con calma".
La mayoría de los fieles se organizó para compartir colaciones, las que planificaron incluso para hoy en la mañana. "Trajimos sandwiches, café y los clásicos huevitos duros", contó Rosalina González, mientras aguardaba junto a unas amigas en la puerta y en momentos en que otros grupos entonaban canciones y gritaban espontáneamente: "¡Viva el Papa!".
Desde Concepción, pero aprovechando que se abrió un cupo a última hora en la parroquia de Arauco, Norma Vergara tuvo menos de 24 horas para planificar su viaje. "Ya había perdido las esperanzas de venir porque no había cupos en la iglesia Juan Bosco, de los Salesianos", relató la mujer, que a fines del año pasado hizo su confirmación. "Al final tuve que hacer una especie de maratón para llegar a Arauco y finalmente alcancé el bus. Creo que se dieron las cosas de la manera precisa. Fue una intervención de Dios", sostuvo.