Camila Espinoza López
Hoy viernes se inicia el período de matrículas para los jóvenes que quieren estudiar una carrera universitaria y muchos aún tienen dudas, ya que o no quedaron en la primera preferencia que escogieron o están indecisos sobre su decisión.
"Hay que entender que la ansiedad es una parte normal de la toma de decisiones. Cuando tomo decisiones, efectivamente voy a estar angustiado. Si la ansiedad es excesiva, te paraliza o te come la angustia, y creo que habría que replantearse qué es lo que realmente quiero", dice a La Estrella Jonathan Martínez, docente de la escuela de psicología de la Universidad de Las Américas (UDLA). Añade por tanto que la clave es reducir el nerviosismo e inseguridad con diferentes estrategias.
Estar informado
Un primer paso antes de matricularse en la carrera, es recabar información. "Todas las universidades tienen publicada su malla y perfil de egreso. Uno le tiene miedo a lo extraño y novedoso", dice Martínez.
También es importante estar al tanto del mercado laboral de dicha profesión para velar por el futuro. "(Hay que ) ver el mercado, cuánto está pagando el mercado y la necesidad que tienen respecto a lo que pienso estudiar", añade.
Preguntar a otros
Dominique Karahanian, psicóloga de Universidad Mayor, comenta que a pesar de contar con los datos y ser una guía, tener acceso a la malla de la carrera no dice demasiado: "Hay nombres teóricos, es fácil equivocarse".
Por eso, la experta aconseja recurrir a quienes conocen más del tema: "Conversar con gente que esté estudiando o ya haya estudiado la carrera, conocer de cerca la experiencia".
Una opinión similar tiene Martínez : "Hay que hablar con un profesional de la carrera que esté ejerciendo en este momento. También, no sería malo preguntar en la misma universidad, porque, de pronto, estudiar periodismo o derecho va a depender mucho del enfoque de la universidad".
Dedos para el piano
El académico de la UDLA comenta que hay que tener una "vocación positiva": "Las personas tienen que tener aptitudes y capacidades. Al mismo tiempo, se tienen que dar los gustos más los intereses. Muchas veces, hay estudiantes que eligen una carrera y, lamentablemente, no tienen 'dedos para el piano'".
Recalca que tener clara las fortalezas y debilidades de cada uno, ayudará al proceso de definición.
La presión
Martínez comenta que, en algunos casos, para los estudiantes resulta complejo enfrentar la presión familiar: "Muchas personas eligen su carrera presionadas. La influencia social de los padres, pares o red de apoyo son fundamentales. A veces, observamos que los estudiantes eligen una carrera para lograr un deseo frustrado de parte de los padres".
El psicólogo recalca que si los progenitores observan que sus hijos tienen dudas, será necesario apoyarlos y orientarlos: "Lo fundamental es escuchar a nuestros hijos. Ellos son personas adultas". Sobre este punto, Karahanian dice que, a pesar de que exista temor a la reacción parental, los estudiantes "deben hablar con la verdad" sobre sus preferencias y planes.
El arrepentimiento
Martínez sostiene que los padres deben entender que éste es "un proceso del estudiante" y explica que un momento complicado es cuando el hijo se arrepiente de la opción que tomó después de haberse matriculado. "Quizás es mejor arrepentirse en este momento que hacer perder plata y entrar a una carrera que no quiero (...). Lo mejor es confrontar la situación en su momento", dice Martínez.
Karahanian plantea que es clave ver "qué me hace sentir bien (...). Si tú sientes a priori que no es tu vocación o no te ves haciendo lo que hace alguien de esa profesión, es un buen indicador para arrepentirse".
La especialista comenta que "el arrepentimiento se puede dar cuando estás dentro de la carrera y empiezas a tener ciertas asignaturas".
Al experimentar los primeros meses, dice, se podrá tener más claro si la decisión que se tomó fue correcta.
"(Hay que) ver el mercado, cuánto se está pagando y la necesidad que tienen respecto a lo que pienso estudiar"
Jonathan Martínez,, académico de la UDLA"