Clases de defensa personal femenina ayudan a tener más confianza en la calle
Estudiante cuenta cómo pudo responder a un asalto en la vía pública. "Lo agarré del pecho, lo embestí y le pegué", dice Pilar Pacheco.
La posibilidad de aprender defensa personal es algo que algunas mujeres suelen plantearse. Sin embargo, son pocas las que llegan a tomar lecciones. Esto se debe a distintos factores, entre los cuales está el desconocimiento respecto del contenido real de las clases y el miedo a salir dañadas.
Así lo afirma el presidente de la Organización Nacional para la Defensa Personal de la Mujer en España y autor del Manual Práctico de Defensa Personal para Mujeres, Manuel Montero, quien explica que, más allá de las lecciones de artes marciales tradicionales, existen clases creadas con el objetivo de "dotar a las mujeres de una serie de herramientas físicas y psicológicas que les permitan resolver una agresión de la manera más favorable posible".
El experto enfatiza que "cuando hablamos de defensa personal, quitando el instinto primario de huir, la mayor parte de las acciones que se emplean instintivamente suelen ser erróneas. En las clases de defensa personal se les enseña cuál es la solución más correcta para cada caso".
Asimismo, sostiene que el enfoque de las clases generalmente es hacia una posible agresión por parte de un hombre, y que las técnicas que se enseñan "deben ser sencillas y fáciles de recordar. La idea es que cualquier mujer, independiente de sus conocimientos o estado físico, pueda realizarlas".
Tipos de agresiones
En distintos puntos del país existen academias y gimnasios donde se imparten clases de defensa personal para mujeres. De hecho, hace un par de semanas dio que hablar la opción que da la Municipalidad de La Reina, en Santiago, donde el propio alcalde ayuda a que las chicas aprendan a protegerse.
En Providencia está Kali-Chile, un grupo de estudio y práctica de principios y técnicas de artes marciales filipinas orientadas hacia la defensa personal urbana, que ofrece un curso femenino. El director del sitio es Marcelo Albornoz, quien cuenta que allí se capacita a las alumnas para protegerse frente a dos tipos de ataques:los de desconocidos en la calle y los que entran en la categoría de violencia doméstica, por parte de la pareja o familiares.
"Cuando se está en un caso de violencia doméstica, el nivel de reacción y la forma de enfrentar la agresión es diferente a la que se da en la calle, por lo que son diferentes las técnicas que hay que aprender para enfrentar cada escenario, aunque hay movimientos que sirven para ambos", asegura Albornoz.
Qué se enseña
Montero y Albornoz coinciden en que lo primero que se debe enseñar en estas clases es a evitar cualquier confrontación. Ahora, como no siempre está esa posibilidad, Montero afirma que hay que considerar otros dos principios: la sorpresa y las técnicas dirigidas a las llamadas "zonas vulnerables".
"Cualquier técnica que sorprenda al agresor es la mayor ventaja para una mujer, mientras que las que se dirigen a partes sensibles incapacitan al agresor, dando tiempo para huir", dice Montero.
Pilar Pacheco, ingeniera en Administración de Empresas, participó en un curso de defensa personal y afirma que éste le sirvió para afrontar una agresión en la calle. "Iba caminando cuando un hombre me tomó del brazo. Traté de respirar profundo, lo agarré del pecho, lo embestí y le pegué un rodillazo en los testículos. Apliqué gas pimienta y salí corriendo", narra.
Añade que se atrevió a actuar gracias al trabajo que su maestro hizo para alejar inseguridades, el cual coincide con el lema de Montero en sus clases: "Debes, y puedes...".
"La idea es que cualquier mujer, independiente de sus conocimientos o estado físico, pueda realizarlo"
Manuel Montero, instructor"
Camila Recabarren Salió tercera en la elección para ser reina de Viña, pero en una votación bien cerrada. La ex Miss Chile 2012 usó un vestido amarillo para resaltar su piel morena, en la competencia por la corona de la Ciudad Jardín.
Todos me decían que me abrigara. Pero el otro día me morí de calor cuando vine a grabar una nota a la Quinta. Me gusta andar fresca. El vestido es de un color que no pasa piola. Eso fue calculado, porque son todas las chicas hermosas y dije: ¿Qué hago para resaltar? Entonces escogí un color fuerte.
Estoy más morena que nunca y creo que el amarillo me queda bonito. Por otro lado, soy mala para usar accesorios y no me gustan mucho las joyas.
El bolsito gigante es típico andarlo trayendo, tengo puras tonteras adentro: desodorante, celular y cargador. Por eso lo traigo, porque no tenía donde guardar el celular.
Mis zapatos (con taco) son más neutros, color nude, los elegí más que todo por el color y porque son cómodos.