Tradicionales platos continúan siendo un orgullo para Penco
Diseño Willow, la porcelana Bone China y las lozas decorativas de animales son reliquias a nivel comunal, regional y nacional.
La ciudad de Penco no se puede desligar de uno de sus más importantes patrimonios. Los platos fabricados en la comuna son y será un símbolo que aún perdura en la comuna.
El 22 de noviembre de 1990 fue la fecha en la que se decretó la quiebra de la Lozapenco. Muchos trabajadores quedaron cesantes tras ese mal momento y, hasta hoy, el resplandor de esa época es un recuerdo.
Más de tres mil personas dependían del empleo en esa fábrica y era el motor en la economía pencona.
Desde 1993 la empresa retomó el nombre de Fanaloza y se transformó en un solo grupo. Hoy se venden productos de índole sanitaria como lavamanos, inodoros y urinarios, entre otros.
Sin embargo, hay muchos artículos que aún están en el inconsciente colectivo y enorgullecen a los pencones.
El Museo de Historia de la comuna tiene un espacio importante para los productos de aquella época. Quizás el más recordado es el plato que tiene un paisaje de color azul, cuyo diseño fue nombrado Willow por el escultor chileno Roberto Benavente y que fue trabajador en Fanaloza y Lozapenco por cerca de 40 años.
Willow
Gonzalo Bustos es el director del Museo de la Historia de Penco. Es nacido y criado en esa ciudad y tiene la labor de difundir la historia de la comuna.
En el segundo piso, al centro, está el juego completo de Loza Willow, junto con varios datos de contexto. "Ese modelo ha estado en casi todas las casas de Chile. El diseño es reconocido transversalmentes. Va más allá de nuestra comuna y de la Región del Biobío", dijo.
Sobre la trascendencia de Willow como concepto, Bustos señaló que "mi familia tiene muchas de esas lozas. Incluso algunas de ellas las puse yo para el museo".
Destacó que "muchos vecinos son los que aportan platos o tazas en este lugar. Es lo que más se tiene y es lo más representativo de Penco ".
Respecto a la historia de este diseño, de acuerdo con la tesis de 2015 "El paisaje azul de Lozapenco" de la diseñadora gráfica Cynthia Aguilera y en palabras de Marcelo Benavente, hijo del escultor: "Decía que éste era un castillo y vivía una princesa, y la estructura más pequeña vivía un chiquillo de bajo nivel. Los dos se enamoraron, pero los papás de éstos no estaban de acuerdo con la relación. (...) Entonces el papá mandó a matar al joven, por eso es que hay dos hombres con una espada".
Mural
Francisca Jara es la dueña de la casa que tiene el homenaje en honor al Plato Willow.
Llegó a la población Fanaloza en 1969 desde otro punto de la comuna. Junto con su marido, Vicente Santibáñez, cuyo matrimonio tiene 60 años, arribaron en busca de mejores oportunidades laborales.
"Mi esposo trabajó desde los 18 hasta los 55 años en la sección de Azulejos en Fanaloza y luego en Lozapenco. Jubiló joven y hasta hoy seguimos aquí. Él ahora está de visita en Puerto Montt con algunos de sus hijos", señaló la dueña de casa.
Respecto al valor que le otorga a sus platos que tienen 60 años de antiguedad, Jara afirmó que "compro loza aparte para utilizar, porque las de Lozapenco las tengo guardadas como reliquias. Tengo tazas, platos chicos y de postre. Son cada vez menos las personas que tienen esto. Son muchos recuerdos los que hay aquí".
Uno de los seis hijos del matrimonio entre Francisca y Vicente, es Juan Carlos, quien se declaró orgulloso por el mural, que fue gestionado por la iniciativa cultural de Proyecto MU, la que se concretó en noviembre del año pasado.
"Cuando nos presentaron la idea, firmamos de inmediato, porque reconoce artísticamente a Penco. Recuerdo que antes había un dibujo muy bonito de una gaviota, pero había gente que la rayaba. Desde que está el plato, la pared está tal cual se pintó, lo que es muy bueno", afirmó Juan Carlos Santibáñez.
Decoración
Lozapenco también se caracterizó por otros elementos relevantes, como por ejemplo, el Bone China.
De acuerdo con la reseña del Museo de Historia de Penco, aquella fue una porcelana producida en 1964, la que está hecha en base a cenizas de huesos.
Los pencones también recuerdan la cerámica decorativa hecha de animales, la que también tiene un mural del mismo modo que el plato Willow en la población Fanaloza.
En el museo también están estos animales en el segundo piso. Su director Gonzalo Bustos afirmó que "quienes viven en la comuna reconocen esto y automáticamente dicen que está en su casa. Estas lozas también forman parte de la identidad de Penco".
Legado
Para Francisca Jara, recuerda positivamente la época de oro de la empresa. "Gracias a Lozapenco pude criar con sacrificio a mis seis hijos y hoy todos son profesionales".
Santibáñez agregó que "los trabajadores que quedan de esa época, que son pocos, deben tener un buen recuerdo. Mi padre tiene 80 años y ha tenido suerte porque mi madre le ha cuidado muy bien".
Respecto al legado en la gente joven de la comuna, Francisca Jara dijo que "en el caso de mi familia, tengo nietos que hablan con sus compañeros de curso en el colegio o en la universidad y dicen: 'mis abuelos viven en las casas de Lozapenco".
Para juan Carlos Santibáñez, la antigua fábrica está en el inconsciente colectivo. "La empresa nunca va a formar parte del pasado porque se transmite de generación en generación.".
"Las lozas forman parte de la identidad de Penco
Gonzalo Bustos,, director Museo de Penco"
"Gracias a Lozapenco pude criar a mis hijos
Francisca Jara,, dueña de casa"
1990 se decretó la quiebra de Lozapenco, tras acreditarse el fraude al fisco de Feliciano Palma.
1899 fue la fecha de fundación de Fanaloza, hoy se dedica fabricar inodoros o lavamanos.