Sergio Gamonal V.

Fue el propio presidente colombiano, Juan Manuel Santos, quien dio a conocer ayer la noticia. El chileno Mario Opazo Cartes, con su proyecto "Kusikausay", fue el escogido para crear la escultura con armas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), que se ubicará en la sede de la ONU, en Nueva York.

La propuesta del artista oriundo de Tomé y radicado en Bogotá, fue elegida entre cerca de 30 iniciativas de colombianos o extranjeros que residen en dicho país desde al menos hace cinco años. La convocatoria se enmarca dentro del acuerdo de paz entre el Gobierno de Colombia y las Farc, tras el cual se determinó que con el metal fundido de las armas entregadas por la guerrilla se levantarían tres monumentos a la paz: en Bogotá, La Habana y Nueva York.

"Es una obra titulada Kusikausay, que en lengua quechua quiere decir: vida apacible y venturosa", explica Opazo a La Estrella en contacto desde Colombia.

"Es una canoa indígena de siete metros de largo. La mitad queda a cielo abierto y la otra mitad se inserta en una especie de tumba de concreto", detalla el tomecino sobre su proyecto, el que fue elogiado por el mandatario colombiano.

"La obra de Opazo parte de la apropiación de una canoa indígena, intentando traer al presente lo antiguo, su sabiduría y simbolismo, traer un elemento que navega por los ríos del territorio colombiano, que en su humildad material es vigente testigo y protagonista del progreso y evocar un viaje a una nueva vida", aseguró la Presidencia de Colombia a través de un comunicado.

Origen tomecino

Nacido en 1969 en Tomé, donde aún tiene familiares (tías y primos) Opazo partió muy joven a Bogotá, donde estudió Bellas Artes en la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Actualmente es profesor en la Universidad Nacional de Colombia.

"Cuando tenía 5 años, mis padres se fueron de Tomé a Valparaíso, ahí viví hasta los 17 más o menos. Viajé a Colombia porque mi padre estaba radicado allá desde hace dos años. Estábamos viviendo la dictadura militar, él siempre sufrió presiones políticas, salió de Chile en 1983 y dos o tres años después salí yo", resume.

Pese al breve periodo vivido en la comuna costera, el artista afirma que guarda los mejores recuerdos de Tomé y que cada vez que viene a Chile procura visitarlo. "Mis años en Tomé fueron de esos años en los que todo deja marca, todo deja huella, y dentro de esa inocencia uno establece la posibilidad de construir un mundo con esos primeros estímulos", explica el artista, de 49 años, quien recalca que los bosques, los cerros desde donde se da paso a la zona rural y, por supuesto, el mar, "alimentaron de cierta manera mi tono sensible frente al paisaje".

"Mis años en Tomé fueron de esos en que todo deja huella (...) y uno establece la posibilidad de construir un mundo con esos estímulos"

Mario Opazo"

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