200 años: un futuro en el océano
A lo largo de todo Chile, se celebra, durante el mes de mayo, el Mes del mar. Es entonces el momento propicio para dar una mirada más atenta hacia la vastedad oceánica que baña nuestras costas, tan llena de oportunidades y desafíos, así como pródiga en gloriosas epopeyas y notables aventuras, más aun cuando la Armada de Chile, su más fiel guardadora, cumple doscientos años al servicio de la Patria.
El océano Pacífico es el mar del presente. Su influencia en el actual ordenamiento mundial es indiscutible y la posición chilena es privilegiada. Por ello, la principal expresión del Estado chileno en el mar, es decir, la Armada de Chile, juega un rol preponderante en el aprovechamiento de esas oportunidades que nos brinda el Pacífico. Asegurar el libre tránsito por aguas nacionales, el estricto control de la extracción de sus recursos o la permanente atención a la seguridad en la navegación, son tareas que la Armada cumple a cabalidad, con una dotación de mujeres y hombres altamente calificados y entrenados, junto a una profunda vocación de servicio público.
Así también, la interconectividad que permite el mar en un país con una geografía como la nuestra, transforma a la Armada en un actor relevante en el apoyo a comunidades aisladas y, ante la ocurrencia de una catástrofe, tan frecuente en Chile, ser los primeros en arribar con ayuda para mitigar sus devastadores efectos.
En resumen, la Armada cumple dos siglos aportando de manera sustantiva al desarrollo social y económico de Chile, cumpliendo tareas insustituibles. Estoy firmemente convencido que cada mujer y hombre que sirve hoy en la Marina, reafirma día a día ese compromiso irrestricto, de manera leal y comprometida.
Esta es la Armada de Chile, doscientos años navegando al servicio de la Patria, con tradición y visión de futuro.