No cabe duda que la Universidad del Bío-Bío deberá inscribir como el acto más significativo de sus 71 años el concierto que ofrecieron su orquesta, coro y coro de cámara del Conservatorio Laurencia Contreras, también perteneciente al plantel superior, el domingo 20 en el teatro regional. Es significativo porque los tres conjuntos presentaron la 9° Sinfonía Coral de Ludwig Van Beethoven, la orquesta bajo la dirección del maestro Jaime Cofré Flores e Igor Concha Maass, barítono solista y director de ambos coros, integrados por estudiantes, ex estudiantes e invitados. También resulta significativo por constituir una poderosa expresión de la labor de extensión cultural, a la cual se suma el potencial musical de la ciudad y la región, pensando que hoy en día en la ciudad de Chillán funciona una sede de esta casa de estudios superiores, extendiendo su acción a la nueva región de Ñuble.
Significativa es esta celebración que congregó una asistencia que colmó el nuevo teatro y se sumó a su vez a la corriente que comienza a irradiar el Teatro Bío Bío, coincidiendo con fuerza con la ya centenaria tarea que en este campo le ha cabido a la Universidad de Concepción, la cual en una inédita decisión, incluyó en la celebración de sus 100 años esta misma obra sinfónico-coral que culmina con la Oda a la Alegría, himno mundial a la paz entre los hombres.
Felicitaciones a las respectivas direcciones de extensión de ambas universidades penquistas por este gesto que no hace sino confirmar la bendición musical de la ciudad.
Es justo valorar una casa de estudios cuando da un paso tan importante para los vecinos de la ciudad y dos regiones. Nos hace recordar que el plantel lo viéramos ahí, en ese mismo acogedor rincón de Puchacay, primitivamente como Escuela Industrial, frente al predio también extenso de la Sociedad Agrícola del Sur, bajo la dirección de un educador como el profesor Francisco Pineda, padre de nuestro compañero Willy Pineda, en el Coro Polifónico deConcepción.
Columna