A bordo del "Race For Water": la gran odisea ambientalista
Catamarán solar buscar promover soluciones tecnológicas para evitar que residuos plásticos lleguen a los océanos.
La inédita experiencia a bordo del 'Race for Water Odisea' resulta irresistible. Y es que hacer navegar el primer barco de propulsión híbrida - solar - hidrógeno - cometa, equivale a una proeza tecnológica a prueba de ingenieros, técnicos y marinos en la mítica de Poseidón.
Su tripulación, compuesta de 15 integrantes, en su mayoría francesa, saluda expectante. Hay calidez en sus gestos. Aquí todos comparten una causa: la preservación de los océanos. Y acoger misiones científicas para el avance del conocimiento de las consecuencias de la contaminación marina por plásticos.
De semejanza a una enigmática mantarraya gigante, una vez arriba, la terraza de la cubierta se balancea de un lado para otro. Casi tanto como una joven que no para a las faenas. Anne Le Chantoix tiene una vista rapidísima y eficaz. Se identifica como marinera y técnica del barco. Está a bordo del Race For Water desde abril de 2017, y con la fundación labora desde agosto de 2016. Para ella esto equivale a una gran aventura. Y dar la vuelta al mundo con un proyecto tan importante, "contra la contaminación plástica y si podemos aportar, es muy bueno".
Se anima a lo complejo: "Nuestros paneles solares son la fuente principal de energía solar". De lo que habla son los 500 m2 de paneles solares, capaz de alimentar un procesador que utiliza el agua del mar para así generar hidrógeno. Y con ello, movilizar el motor eléctrico del navío. Algo que se traduce en cero emisiones de CO2. Le Chantoix aplica conocimiento: "Con los panales solares tenemos una autonomía de 24 a 36 horas, haciendo una velocidad media de 4 nudos".
Margaux Chalas vela por la comida, organización de la limpieza y distribución interna. Viste de jeans, camisa blanca y zapatillas, casi calco de sus otras compañeras, como Anne. Su talento sorprende a los asuntos prácticos. Dice que lleva un mes en el barco, desde que dejara atrás a Lima. También de nacionalidad francesa, califica la experiencia arriba del Race for Water de inolvidable. Reconoce que lo bravo del Pacífico chileno la puso nerviosa. Vuelve a lo suyo: "En la navegación trabajamos sobre el tema del hidrógeno. También realizamos test para científicos".
Mar y tierra
Ahora prensa, autoridades e invitados se apilan al interior. Fue el 9 de diciembre de 2017 cuando Race For Water zarpó para recorrer el globo en una nueva odisea de cinco años. Esta vez, para proponer soluciones para la conservación de los océanos. Demostrar soluciones duraderas vía tecnologías innovadoras.
Es el turno de Marco Simeoni a los detalles. Además de ser el jefe de la expedición es el empresario suizo que en 2010 creó la Fundación en Lausana al servicio de los océanos. Tuvieron que pasar cinco años para que su pasión por el mar la plasmara en sueño: lanzar una expedición científica y medioambiental. Así nace 'Race For Water Odisea' y su ruta a la evaluación global de la contaminación por plásticos en los océanos del mundo. Tras una primera fase de evaluación, ahora tomarle el pulso a la magnitud de la contaminación en las aguas es sello en este catamarán solar suizo, país que carece de mar.
Hay una pregunta que flota tanto en el catamarán como el ambiente: ¿cómo funciona este triple sistema de energía (sol, viento y mar) que presenta la nave? Marco Simeoni, explica: "Este barco tiene sol, viento e hidrógeno, que son energías complementarias". Y responde ante la prensa: "Funciona sólo con viento y mar, con el sol carga las baterías del barco y cuando no tenemos mucho sol, utilizamos el hidrógeno y electrificamos el agua para utilizar esta energía. Así cuando tenemos mal tiempo, el hidrógeno nos permite avanzar y navegar con el barco durante seis días". El propio Marco Simeoni ha dicho que la idea se le ocurrió durante una conversación con un recolector de la calle. Para él, los residuos son el problema y la solución.
Surcar los mares
En Race For Water coinciden en que las 'islas de plástico' no existen, que recoger residuos plásticos en el mar ha demostrado ser una utopía. Y es que en el corazón de los océanos se extiende una "sopa" de micro plásticos que flotan a la deriva a merced de los giros oceánicos. De allí que Simeoni la solución la concite también en la tierra. El imperativo: "evitar que los residuos plásticos lleguen al mar".
Si lo llevamos a cifras, su balance Atlántico de abril de 2017 a febrero de 2018 revela que han hecho seis escalas, 89 días de navegación, 8757 millas recorridas desde Lorient (punto de partida a la expedición), 15 investigadores de seis nacionalidades distintas. Y han sido visitados por 1450 niños.
De acuerdo a un estudio realizado por el gabinete McKinsey y la Fundación Ellen Mac-Arthur, los océanos -que ocupan el 71% de la superficie de la Tierra- contendrán más plástico que pescado (en peso) de aquí al 2050. Todavía más: se calcula que se producirá más plástico durante los primeros 10 años de lo que se ha producido desde el inicio de su industrialización en la década de los 50.
Tras su estadía en Valparaíso seguirá rumbo a Talcahuano, lugar que visitará por primera vez. Allí permanecerán cerca de un mes en preparación. Después seguirá hasta el Archipiélago de Juan Fernández e Isla de Pascua.
"Este barco tiene sol, viento e hidrógeno, que son energías complementarias".
Marco Simeoni,, jefe de la expedición y empresario suizo"
"Nuestros paneles solares son la fuente principal de energía solar"
Anne Le Chantoix,, tripulante"