Pablo Martínez Tizka

Contar historias que nunca se han contado es la motivación diaria de la fotógrafa española-francesa Catalina Martín-Chico, quien visita Chile para mostrar realidades a través de imágenes muy difíciles de conseguir y que retratan las historias de las mujeres en distintas partes del mundo, en especial en zonas de conflicto.

"Intento ser una ventana abierta a un mundo que la gente no ve. Me gusta contar historias que arrojan luz sobre zonas de oscuridad. Por ejemplo, relatar una historia que me parece injusta sobre gente que no tiene voz y tratar de conmover", señaló Martín-Chico, quien se ha dedicado a estos reportajes durante 10 años.

Esas historias son múltiples. Realizó una cobertura en la guerra civil de Yemen con énfasis en las mujeres, expuso la vida de quienes pertenecen a la tribu Amish en Estados Unidos y realizó, en 2017, un reportaje sobre la vida de las ex guerrilleras de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) desde el punto de vista materno. Esta última publicación le significó el premio Canon en Visa Pour L'Image en Francia a la mejor fotoperiodista.

Justamente Canon junto con la Vicerrectoría de Extensión de la Universidad de Chile fueron quienes gestionaron la llegada de la fotógrafa a Chile para la exposición "Nawal, Sulma, Olga y todas las demás" que se llevó a cabo ayer en Santiago.

Sin embargo, no es primera vez que Catalina Martín-Chico viene a Chile. "Hace 10 años estuve en Santiago para recibir mi primera cámara profesional. Después fui a un orfanato en Concepción que se llama Bernardita Serrano y tuve mi primera exposición sin buscarlo. No iba a tomar fotos".

Farc y maternidad

Las historias que la fotógrafa expresó en imágenes durante su viaje a Colombia en 2017, tienen que ver con la vida de las guerrilleras durante la transición de paz entre el gobierno colombiano y las FARC.

"Empecé a trabajar el año pasado, antes de que las guerrilleras entregaran las armas y salieran de los campamentos de transición, ubicados entre la selva y la vida civil", dijo la fotógrafa.

Su enfoque fue en las historias de las mujeres embarazadas y su seguimiento después de que se firmara la paz. "Cuando eso ocurrió, muchas de ellas dieron a luz. Me pareció un símbolo muy fuerte de paz porque los bebés reemplazaron a las armas de las guerrilleras", sostuvo.

La realidad de esas madres hoy es muy diferente, según Catalina Martín-Chico. "Seguí a las protagonistas que dieron a luz. Algunas de ellas viven en un campamento que después se transformó en un pueblo. Se construyeron casas, carreteras y volvieron a conocer a sus familias. Actualmente están en proceso para regresar a su vida civil".

Finalmente, la profesional concluyó en que "para mí es una historia de reencuentros, porque muchas son chicas que se quedaron embarazadas durante la guerrilla, no abortaron y dejaron a los niños con sus familias y llevan diez años sin verles".

Mujeres en yemen

Las historias de la vida de las mujeres en Medio Oriente es la principal área de trabajo de Catalina Martín-Chico. Sus fotorreportajes en Yemen, país asiático que comparte fronteras con Arabia Saudita y Omán, cubrieron la guerra civil en 2011 con un ingreso hacia lo desconocido: el mundo de la mujer yemení.

"A partir de 2015 se inició una guerra interna y otra con Arabia Saudita. Fue muy difícil acceder a ese país, pero pude entrar gracias a la ayuda de la Cruz Roja Internacional", cuenta la fotógrafa sobre las dificultades para el ingreso.

Cuando Martín-Chico llegó por primera vez a Yemen, afirmó que lo primero que le llamó la atención fue que "las mujeres son muy poco visibles. Están escondidas integralmente. A pesar de ser un estado civil no religioso, hay una tradición muy conservadora respecto al rol de ellas. La mujer vale la mitad de un hombre, no tienen los mismos derechos a todo nivel".

La fotógrafa añadió que "la mitad de la población vive bajo opacas velas negras. En las calles de la capital (Sana'a), ellas circulan como fantasmas".

Tribu amish

Un relato más corto, pero no menos interesante, fue el de la vida de las Amish, en Estados Unidos. La vida de ellos transcurre entre la agricultura, la familia y su alejamiento del sector urbano. "Fue un desafío tomarles fotografías porque ellas no aceptan aquello. Fue muy difícil lograrlo. Me gusta interiorizarme e integrarme en las minorías que no se conocen mucho. En el caso de ellas no sufren, pero es muy interesante contar una historia que es difícil de lograr".

Futuro y reflexiones

Estas tres temáticas son solo parte del catálogo de la fotoperiodista, quien reflexionó sobre la realidad de la mujer a nivel mundial. "Me toca pensar que las mujeres luchan por sus derechos en cada país y de diferentes maneras. He visto a muchas de ellas que están muy atrás en este tema y pienso que si tuvieran los derechos que tenemos hoy nosotras, estarían muy felices", dijo.

"Si estoy donde estoy es porque hubo mujeres que lucharon antes que yo para poder ganar su espacio. En mi caso, en el fotoperiodismo", añadió.

Sobre sus futuros trabajos señaló que "tengo ganas de seguir con el proceso de paz en Colombia, pero para eso necesito ganar un premio. Necesitamos ayuda para producir una historia".

"Si estoy donde estoy ahora es porque hubo mujeres que lucharon antes que yo para poder ganar su espacio."

Catalina Martín-Chico, fotógrafa"