Gonzalo Rojas: el legado de un poeta estudioso permanente
Manuel Ortiz Veas, quien conoció a Rojas, contó detalles de sus poemas y de su pasión por la profundidad en sus versos y en conocer el sentido de las palabras. La ironía y la crítica a la vanidad y al orgullo humano caracterizan al escritor.
Gonzalo Rojas vive y perdura en la mente y en el corazón de muchas personas que disfrutan y reflexionan de sus poesías con mensajes profundos y con un lenguaje cotidiano.
El destacado poeta nació el 20 de diciembre de 1916 en Lebu y falleció el 25 de abril de 2011, a los 94 años. Entre ese período, Rojas fue parte del movimiento artístico-literario "La Generación del 38" y tuvo reconocimientos como el Premio Nacional de Literatura, el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana o el Premio Cervantes.
El periodista Manuel Ortiz Veas fue una de las personas que conoció en profundidad al escritor y destacó su legado más allá de los galardones, pues además de haber sido el cuñado de Rojas, tuvo la posibilidad de entrevistarlo en alguna ocasión y conocer su metodología y forma de vida.
Carbón
En 1989, Ortiz tuvo la posibilidad de conversar con el poeta, reencontrándose después de siete años sin verse, ya que ambos vivieron en el exilio.
Aquella entrevista realizada en Chillán dio como resultado el trabajo académico "Gonzalo Rojas: Transcripción de un balbuceo sobre el poema 'Carbón'".
Versos como: "Veo un río veloz brillar como un cuchillo, partir mi Lebu en dos mitades de fragancia" o "Es él. Está lloviendo. Es él. Mi padre viene mojado. Es un olor a caballo mojado. Es Juan Antonio Rojas sobre un caballo atravesando un río", representan un sentido que, en palabras de Rojas, se relacionan "con unos recuerdos, con unas vibraciones afectivas, con unas... adivinaciones en lo que me parecía ser la relación padre-hijo o la relación hombre-tierra mejor".
Manuel Ortiz señaló que "creo que es una obra que debiera ser más conocida porque denuncia la explotación de ciertos grupos por el trabajo humano, en este caso, en las minas de carbón".
El periodista añadió que "muchos clasifican la poesía de Gonzalo Rojas como críptica u oscura. El fin último de este trabajo era dar a conocer cómo un creador utilizó un lenguaje cotidiano, pero con un mensaje profundísimo porque si usted lee el poema, juegan los sentidos y después entra el alma, el espíritu y lo divino".
Otro de los aspectos que destacó Ortiz fue que Rojas buscaba permanentemente el significado y el sentido de las palabras que utilizaba. "Siendo niño, durante una tormenta eléctrica, escuchó a su hermano gritar la palabra relámpago. Entiendo que eso lo marcó mucho en su poesía, pues le impresionó más que el rayo o la luminosidad. Si te das cuenta, él utiliza muchas palabras esdrújulas. Relámpago es una de ellas".
Estudioso permanente
En las conversaciones que tuvo Manuel Ortiz con el escritor, el periodista afirmó que "era un hombre muy culto. Por ejemplo, yo llegaba y se lo pasaba estudiando. Creo que no hay más poetas de calidad en Chile porque somos flojos. Gabriela Mistral y Pablo Neruda no tenían títulos universitarios, pero eso no quiere decir nada".
Ortiz agregó que "era un estudiante permanente como lo señalaba Ortega y Gasset, quien decía que nuestra necesidad básica es amar un quehacer y una disciplina. Cuando lo veía, estaba leyendo un diccionario de Filosofía de Julián Marías o de Ferrater Mora para conocer el sentido profundo de los conceptos, o bien, viendo el Diccionario de la Real Academia Española".
En cuanto al estilo que tenía el escritor, el periodista detalló que "escribía con mucha profundidad. Tengo la impresión de que Neruda era como Mozart, pues escribía rápido y le brotaba todo de inmediato. Gonzalo Rojas era más como Beethoven, pues en el músico encuentras obras de su juventud que son base para la Novena Sinfonía. Gonzalo une una poesía del año 40 con otra posterior. Es recursiva pues va reinventándola y reescribiéndola, va atando esas metáforas de su juventud, de su medio tiempo y de su etapa como adulto mayor".
Eso, según Manuel Ortiz, era reflejo de lo que Gonzalo Rojas fue en su vida personal. "Él siempre decía que era un viejo joven. Murió a los 94 años. Siempre fue un joven, también físicamente. A los 70 años todavía hacía barras y cuando niño era capaz de subirse colgando a un cable que estaba a una altura de 20 o 30 metros", añadió.
Sobre su personalidad, el periodista dijo que "era muy irónico, pues se reía de la vanidad y del orgullo humano. Él decía 'si no somos nada'. Se daba cuenta de la finitud de la vida. Él escribió un libro llamado 'Contra la muerte'. Además, exaltaba los objetos, la naturaleza y fundamentalmente a la forma de escribir la poesía, al juego de las palabras y a lo enigmática que es la vida. Le encantaba estar con la gente".
Finalmente, señaló que "junto con llevar a la poesía a su más alta expresión, él vivía la vida cotidiana. Cuando podía, iba a la feria en Chillán y le encantaba escuchar a la gente decir '¡cebolla, cebolla!' o '¡tomate, tomate!' y tenía muy buena relación con sus vecinos".
Reconocimiento
Si hay algo de lo que Manuel Ortiz está convencido es de insuficiente reconocimiento que el país le ha otorgado a Gonzalo Rojas. "En 'Materia de testamento' le dedicó un verso a Concepción. Dice 'a Concepción un espejo roto', lo que da para reflexionar. Yo me miro en el espejo y a lo mejor la ciudad debe mirarse ahí. Él trajo a muchos intelectuales en sus dos encuentros que realizó en esta comuna y también en la región del Biobío", dijo.
"No es que le deban una estatua o algo material, quizás algo más profundo. En Chillán creo que sí se le ha dado más. Lo que él siempre quiso no era una casa museo como la de Neruda, sino una casa viva donde los jóvenes fueran a hacer sus tesis de grado o a investigar".
Por último, quien es docente en la Universidad de la Frontera en Temuco aseguró que fuera de Chile existe mucho reconocimiento a Gonzalo Rojas, más que en su propio país. "Los premios más importantes los tuvo en el extranjero. Primero le dieron el Premio Reina Sofía y después el Premio Nacional de Literatura. Parece que se asustaron para que no pasara lo mismo que a Gabriela Mistral, a quien le dieron el Nobel en 1945 y el Nacional en 1952 y aun así la criticaban por no tener el título de profesora. Es el típico chaqueteo. Gonzalo ganó premios en Argentina y en México. Lo reconocen más en Venezuela y en España. Él representó valores de paz", finalizó.
"Gonzalo Rojas era como Beethoven. Reinventaba y reescribía su poesía que era recursiva".
Manuel Ortiz Veas,, periodista"
94 años vivió el poeta chileno Gonzalo Rojas. Nació en 1916 en Lebu y murió en 2011.