Juan Pablo Fariña López

La construcción de un quincho es sinónimo de asado, bebestibles y unión entre amigos y familia. Este espacio tiene a la parrilla como centro de la acción y cada vez es más común en patios de penquistas, quienes por lo general apuestan por una estructura de ladrillos con una reja de metal para cocinar sabrosos trozos de carne.

Si bien lo usual es contratar un maestro que construya el quincho, hay casos en los que las mismas familias se han motivado para armarlos. Así lo hicieron los Lavanderos-Moreno, quienes tienen un terreno en el sector San Nicolás de Florida.

"Lo construimos porque cuando hacíamos reuniones familiares o con amigos en la casa que tenemos en Hualpén era un poco incómodo, por la falta de espacio y el ruido que molestaba a los vecinos", explicó Diego Lavanderos, añadiendo que "nos demoramos como un año en hacerlo, ya que no le dimos tanta prioridad y avanzábamos de acuerdo a los materiales que conseguíamos".

Consultado por los beneficios de instalar el quincho, señaló que "hemos fomentado la unión en la familia y con los amigos. Cuando comenzamos el proyecto del quincho varios se fueron acercando para poder colaborar en su construcción y le hemos sacado bastante provecho, porque es un buen paseo considerando que esté en la casa de mis papás, en el campo. Allá no molestamos a nadie y también estamos más protegidos que estando a la intemperie en una fogata".

¿hacemos un asado?

Óscar Poblete se define como un entusiasta de los asados y se mudó de un departamento para una casa en el Camino a Santa Juana, donde mandó a construir un quincho para compartir y disfrutar de un buen corte de carne con los cercanos.

"Cuando compré mi casa mi prioridad era armar un quincho, porque para la idiosincrasia del chileno hacer un asado siempre te permite reunir a la familia. Para los que somos parrilleros es fundamental tenerlo y marca la diferencia, porque es mucho más bonito y cómodo. Te sientes en un lugar agradable", explicó.

Sobre las características de su quincho, indicó que "hicimos un radier en mi patio y luego lo construyó un maestro. Nos demoramos como un mes en hacer la estructura que lo alberga, que es techada, y también cuenta con una campana para extracción natural del humo".

Agregó que "cuando surge la pregunta entre los amigos ¿dónde hacemos un asado? siempre pongo mi casa y el resto colabora con lo demás. Si hay cumpleaños o fechas importantes pasa lo mismo, porque no todo el mundo tiene un quincho en sus casas y yo no me hago problemas. Creo que hacemos en promedio un asado al mes".

Fabricación

Una persona que se dedica en sus tiempos libres a la construcción de quinchos es Iván Moreno, quien también fabrica elementos para la cocina basados en acero inoxidable en su pyme Carpintería Inox.

"Mi padre fue un pequeño fabricante de la región y hacía máquinas de soldar. Siempre tuve contacto desde niño con cosas industriales y artesanales, entonces ahora como afición me dedico a la fabricación de quinchos, churrasqueras o planchas para restaurantes. También hacemos foodtracks, que son trabajos más grandes", manifestó.

Sobre los quinchos más solicitados, expresó que "el quincho tradicional chileno cuenta con tres elementos básicos, la estructura de ladrillos, que puede ser rústico o tipo princesa con el mueble interior que puede tener dos puertas tipo colonial. Sobre ello va la parrilla propiamente tal con sistema de manivela, que permite subir y bajar la rejilla. Por último viene la campana que succiona el humo para que el asado tenga mayor fluidez".

Consultado por la frecuencia de pedidos, el experto indicó que "el boom es para los periodos previos a Fiestas Patrias y ahora en noviembre estamos haciendo habitualmente un quincho a la semana. Hay gente que nos entrega sus propios diseños y otros no tienen nada claro. Uno se reúne con clientes para responder a sus necesidades, ya que el trabajo siempre es muy personalizado".

"Cuando comenzamos el proyecto del quincho varios cercanos nos ayudaron".

Diego Lavanderos,, parrillero"