Desalojan y derriban casas en el borde costero de Tomé
La muni pidió apoyo para sacar a quienes vivían en la playa. Pescadores aseguran que son 40 familias afectadas.
Temprano llegó ayer personal municipal hasta el sector de Tres Pinos, en el borde costero de Tomé, para concretar el desalojo y desmantelamiento de las construcciones que eran ocupadas, de manera permanente o temporal, por los socios de un sindicato de pescadores artesanales.
"Nos enteramos que iban a hacer un desalojo, así que pusimos barricadas", dijo la dirigenta vecinal Eva Fuentealba Godoy, que fue sacada hacia el sector de Bellavista por personal policial. "Llegaron carabineros y dijeron que iban a desalojar sí o sí, ya empezaron a botar casas", dijo, agregando que "nuestros abogados están tratando de parar esto".
Uno de los que opuso resistencia y fue detenido en el acto fue Richard Oviedo, quien regresó al lugar tras constatar lesiones y ser dejado en libertad. "Fuimos golpeados por carabineros y nos echaron de nuestro territorio. ¡Pertenezco a un sindicato, soy pescador artesanal!", reclamó.
"Demolieron mi casa que construí hace siete años, mis herramientas de trabajo, mi orgullo. ¿Por qué el alcalde no lucha con la gente de Bellavista?", preguntó a los funcionarios municipales que se acercaron a hablar con la prensa, alegando que "a mi señora y a mí nos llevaron, nuestro hijo de ocho años quedó botado ahí, en la playa".
Efectivamente, Sergio Gajardo, tío del menor, fue autorizado por la policía para ingresar al sector a buscar al niño. "Mi sobrino quedó abandonado, porque sus papás opusieron resistencia. Ellos trabajan en los mariscos. Quedó solito y tuve que pedir permiso a los carabineros para poder entrar a sacarlo".
Habitantes
De acuerdo a la información entregada por el sindicato de pescadores que se conformó en el lugar, unas 40 familias se habrían visto afectadas por el desalojo, mientras que una treintena de viviendas fueron desmanteladas por las maquinarias. "En el sindicato son 22 familias, pero vive más gente allí", precisó la dirigenta Eva Fuentealba.
"Somos tres personas en mi familia, y no voy a dejar que desarmen mi casa. Vivo ahí toda la temporada, pero salgo a vender luche a Tomé o a Concepción", relató Juana Carilao.
Nelson Pérez, quien también afirmó residir en el sector costero, sostuvo que "llevamos años aquí. Antiguamente acampábamos y después del terremoto optamos por hacer la casa aquí, porque no recibimos ayuda de reconstrucción por parte de las autoridades".
Él, su pareja y dos hijos, retiraron enseres desde el inmueble antes del desalojo. "Me avisaron que hoy iban a ingresar a las casas y por lo menos yo alcancé a recuperar algo", apuntó.
Municipio
Desde la Municipalidad de Tomé, en tanto, informaron que fueron 50 las distintas construcciones, entre viviendas y bodegas, retiradas del lugar con ayuda de maquinaria contratada para tal efecto.
Se informó que el alcalde Eduardo Aguilera estaba de viaje, y fue la administradora municipal y edil subrogante, Marissa Macchiavello, quien aseguró que el desalojo "se ampara en la ley general de urbanismo y construcciones. Las construcciones están sin permiso de edificación y existe un decreto firmado por el alcalde, que fue notificado vivienda por vivienda, donde se detallaba el proceso".
Según Macchiavello, el decreto es del 17 de enero y el desalojo fue notificado en septiembre por personal de la municipalidad. Agregó que de acuerdo a los antecedentes que manejan, "las construcciones no corresponden a viviendas o son incluso segundas viviendas". Desde la Dirección de Desarrollo Comunitario de ese municipio ofrecieron ayuda a cuatro familias que, de acuerdo a sus catastros, son las que necesitan una vivienda de emergencia.
"Antiguamente acampábamos y después del terremoto hicimos la casa aquí, porque no recibimos ayuda de reconstrucción"
Nelson Pérez, desalojado"