Chorero se luce con banderín de Naval
Son hechos a mano con el método de la serigrafía. "Los llevé a la marcha y los compraron todos", dice su creador de 80 años, Rubén Tapia.
El pequeño taller instalado en un espacio de su casa del sector Los Cóndores de Talcahuano, es el lugar donde Rubén Tapia Toro ha dejado volar la imaginación, y da vida a sus más variados diseños de algo que le apasiona, como es crear banderines del club de sus amores.
Es precisamente con el último de ellos el que más ha llamado la atención de los hinchas del Naval, quienes pudieron conocer de su trabajo el día en que salieron a las calles del puerto a marchar. "Ese día supe que iba a haber una marcha, así que fuimos por si acaso con mi señora, Sabina Fuentes, llevamos los pocos que teníamos, y se los llevaron todos, a la gente le gustó harto", contó Rubén, para quien sus 80 años no es impedimento para elaborar el preciado símbolo navalino.
Un trozo de tela raso y una buena puntura es suficiente para Rubén, quien utiliza la técnica de la serigrafía, además de sus dotes de dibujante, para fabricar su banderín, uno más de las decenas que cuelgan en su pared, la mayoría, alusivos al cuadro del Ancla.
"Siempre he sido navalino, socio de cuando el club pertenecía a la Armada. Ahí trabajaba como dibujante técnico, hacía planos de navegación, y descubrí que era lo que me gustaba, tenía facilidad para el dibujo", repasa.
Eso mismo ha aprovechado para crear los distintos banderines, no sólo de Naval, sino que de otros clubes de la zona, entre ellos varios de equipos de barrio, cada uno con su particular estilo. "He visto banderines, pero siempre son los mismos. A mí me gusta crear, hacer algo distinto, así que para este quise plasmar el escudo antiguo del club, dos pelícanos porque representan el puerto, y la insignia actual. Y por supuesto, la leyenda 'Un nombre que fue Chile'", dice, recordando la hazaña de Naval de haber representado al país en los juegos Olímpicos de Helsinki en 1952.
"Es mi mejor pasatiempo", afirma Rubén, quien también se luce escribiendo letras góticas, con las que incluso ha grabado diplomas de títulos de importantes casas de estudios de la zona.
"Me gusta esto, espero seguirlo haciendo lo que más pueda", expone el chorero, a quien se puede contactar al número de teléfono: 993926372.
80 años tiene Rubén, que fabrica inéditos banderines de Naval. Y cuestan sólo $2.000.