Caletas de la zona exigen más cuotas en Mes del Mar
Trabajadores de la pesca artesanal aseguran que la actividad está en crisis, porque no hay recursos o las cuotas asignadas son muy bajas. Pescadores de Lenga revelan estar endeudados con nuevos motores.
Han sido malos días para la pesca artesanal, aseguran los trabajadores que laboran en distintas caletas de la zona.
Una serie de factores estarían influyendo en malos resultados para quienes desempeñan la actividad. Uno que se repite y se ha hecho común entre las quejas son las bajas cuotas de pesca que no les permiten generar suficientes recursos.
"Los armadores están quebrando por las bajas cuotas de pesca, hay una fuerte crisis y está mala la cosa, porque esas bajas cuotas no dan para hacer las mantenciones de las embarcaciones", relató Juan Faúndez, de la caleta El Blanco, en Lota.
Entre 27 y 30 millones de pesos costaría, según contó Faúndez, la mantención de las embarcaciones con las que trabajan, pero con las cuotas de pesca actual y pagando esos valores, no alcanzan a generar recursos.
"Aquí en El Blanco estamos tratando de potenciar la parte turística, porque no hay trabajo, pero eso es algo que ayuda no más, debería haber una solución más definitiva para las miles de familias que dependen de esta actividad en la región", expresó.
Según relató, los pescadores que trabajan la jibia también han visto días difíciles, porque, aunque la Ley de la Jibia favoreció la captura manual del recurso, no se ha visto al calamar en las zonas donde anteriormente se lo ha capturado.
Faúndez manifestó que "esa es otra crisis, la crisis de la jibia, porque ya se han despedido como a 300 personas, así que estimamos que de aquí a agosto debería haber un plan B para los jibieros".
En caleta Lenga, el presidente del sindicato de pescadores, Jorge Escobar, concordó en el diagnóstico acerca de la disponibilidad del recurso y agregó un dato: las expectativas eran tan altas, que muchos pescadores tomaron créditos para equipar de mejor manera sus embarcaciones, y ahora están teniendo problemas para pagar.
"Estábamos todos preparados, comprando motores más grandes, quedamos encalillados y resulta que la jibia no apareció", relató.
Aseguró que incluso algunos pescadores se aburrieron de la constante incertidumbre, "hay gente que está pensando en vender los botes, porque la verdad es que no llegan recursos, no aparece la jibia".
Si bien la sierra se asomó unos días, "desapareció con el temporal", precisó Escobar.
Desde caleta Lo Rojas, la dirigenta Marta Espinoza aseguró que la situación no es mucho mejor para quienes se dedican a la pesca pelágica, es decir, cerca de la superficie.
"Algunos pocos tienen buenas cuotas, pero no da para vivir, porque el armador tiene gastos elevados y el pescador no alcanza a sustentar su hogar", confidenció y es que, además, quedaron fuera de la pesca de la jibia.
Actualmente, cerca de 350 embarcaciones, con 10 personas cada una están trabajando, de un total de 600, "el resto están todos parados, sin cuota".
Seremi de economía
Consultado por el tema, el seremi de Economía, Mauricio Gutiérrez, reconoció que "siempre van a haber reclamos de poca cuota, porque el esfuerzo pesquero en la Región del Biobío, sumado el industrial con el artesanal, yo creo que es el más grande de Chile".
Detalló que el manejo de las cuotas debe tener siempre presente el concepto de sustentabilidad y "la merluza ha costado recuperarla, pero estamos llegando a cuotas un poco más benignas en cuanto a la sustentabilidad".
Gutiérrez acotó que "clave para todo esto es seguir impulsando el tema del valor agregado, es decir que no sólo producir harina y aceite, sino que con los pescadores pelágicos pequeños también se pueden hacer otras cosas".
Adelantó, eso sí, que "hubo una cuota inicial, pero vienen aumentos de cuota a través a de los informes de los comités científico- técnicos, y ese aumento es bastante mejor que los años anteriores".
"El armador tiene gastos elevados y el pescador no alcanza a sustentar su hogar"
Marta Espinoza,, caleta Lo Rojas
120 mil pesos cuesta, aproximadamente, una tonelada de sardinas.