Le da nueva vida a zapatillas que estaban para la historia
Cristián Labra es un penquista que aprovecha su tiempo libre para un exitoso emprendimiento.
Todos los objetos pueden tener una segunda oportunidad para verse geniales. Bajo esa premisa, Cristián Labra comenzó un emprendimiento que consiste en brindar nuevos colores a las zapatillas viejas, dándole otro toque y chance para que sus dueños puedan usarlas con orgullo.
Labra estudió publicidad y hoy trabaja de "visual merchandising" para una marca de tecnología. Aprovecha sus tiempos libres para dedicarse a su reciente e innovadora tienda de Instagram llamada "Zapatiyas".
"Esta comenzó en diciembre del año pasado, cuando vi por internet que hacían esto, pero restaurando a las zapatillas a su mismo color. Yo quise darle un giro, pintando mis zapatillas de nuevos colores", explica.
Así comenzó a subir sus creaciones a sus redes sociales, causando curiosidad y asombro entre sus amigos y conocidos. Muchos empezaron a pedirle si podía hacerles un cambio de imagen a sus zapatillas, lo que en un inicio hacía de forma gratuita.
"No creí que esto causaría tanto interés y me podría ir tan bien. Estoy muy feliz de los resultados", sostiene Cristián y es que desde que comenzó a recibir encargos siempre tiene alguna zapatilla para renovar. De hecho, en este momento tiene varios en carpeta.
La lista de espera -explica- se debe a que "aún no me dedico completamente a esto. Tengo mi trabajo con la marca, pero me gustaría a futuro poder dedicarme totalmente a esto de las zapatillas. Tener un taller en Concepción", expresa.
El proceso de cambio
Gracias a tutoriales en internet, Labra pudo aprender a cómo hacer este proceso. Por esto en un inicio probó con sus propias zapatillas para después empezar a arreglar otras.
Para pintarlas, primero comienza con un lavado. "A algunas las cubro con algo para cuidarlas, depende del material, y así finalmente comienzo a pintar", dice.
Agrega que algunas veces los clientes le dan total libertad para decidir los colores para ocupar y en otras ocasiones la persona decide qué colores quiere.
"Algunos prefieren los colores fuertes, que use tonos fosforescentes, mientras que otros se inclinan por colores más sutiles", comenta y añade que "cuando alguien anda por la calle lo normal es que lo primero que ve son los zapatos".
"Definitivamente lo que más me gusta de este trabajo es poder ver el proceso de cambio de las zapatillas. Poder apreciar cómo llegan a mí y cómo es el resultado después", declara.
Una de las consecuencias positivas que más le gusta de su emprendimiento, es lo positivo que puede ser con el medio ambiente, y es que debido a que las zapatillas vuelven a verse como nuevas, las personas pueden volver a reutilizarlas e incluso renuevan su cariño por la prenda.
También tiene en mente un proyecto de beneficencia, en donde en un futuro le gustaría recibir el calzado deportivo que las personas ya no utilicen, para pintarlas y luego donarlas a quienes las necesiten. "La idea de esto es que con mi trabajo todos terminemos ganando", concluye.