Angélica Vásquez V.
Así, textual, me lo dijo una persona. Y encontré tan divertida y linda la expresión. Se refería a una parte de su vida que no fue buena, entonces la derivaron a un lugar especial en donde a pesar de ese momento complicado, fue muy bien tratada. Por ahí va la cosa, enfocarse en lo bueno que se pueda rescatar. El famoso vaso medio lleno, como lo relatan tantos maestros y guías. Incluso tomando ejemplos de otras personas, como un hombre que tenía que ver el hogar de una niña pobre y al llegar le sorprende que la pobreza es aún peor de lo que él esperaba, pero quedó más impactado cuando la niña, sonriente y feliz, le indica un tapiz en la pared de la pieza diciéndole: ¡Mira mi pieza! ¡Me encanta mi muro! Eso es evolución, el Alma expresándose, un nudo en la garganta, ojos brillantes. Esa historia la relata la bella Louise Hay. Pero seamos honestos, también hemos tenido momentos así y de pronto le bajamos el perfil o no queremos expresarnos tan contentos ¡y son la cumbia misma! Por Dios, ¿a quién queremos impresionar? Estamos llenos de pequeños cielitos, de grandes cielos, de paraísos, pero nos volvemos a sabotear una y otra vez, porque rechazamos la simpleza y fuimos tan obedientes que hasta cierto punto expulsamos esas dosis de bálsamo y ¡pum! A darle con el pesimismo no más y sufrimos con cada noticia que vemos, y nos convencemos que la Vida es terrible y que ya no hay nada que hacer. No es así, es sólo una ilusión, por lo tanto no es real, además el planeta sobrevivirá, somos nosotros que si insistimos en vernos sólo como seres básicos que respiran y se quejan, ya no tendremos motivo para seguir en él. Insisto, me encantó la frase, "era como un cielito". ¿Qué tal si le da vueltas a esta frase? Escríbala, dibújela, píntela. Su propio Cielo, su propio paraíso, qué maravilla. Siento que es tan fácil cambiar el vibrar y la energía. ¡Sí se puede! ¡Vamos que se puede! ¡Querer es poder!